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Evolución Histórica de los regadíos del Campo de Morvedre
La reforma de los riegos de la fuente de Quart
El sistema de distribución de la fuente de Quart es seguramente uno de los más complejos de todos los de alrededor del país. La concordia de 1437, primera noticia documental que se conoce sobre esta red, recogía el sistema de distribución que se ha mantenido hasta el presente, al mismo tiempo que se introdujeron algunos cambios menores y limitó los fraudes. Este sistema de distribución se fundamenta en partidores de agua continua, típicamente hispanomusulmanes, sobre los que se ha creado un sistema mixto donde se combinan brazales con agua continua y otros incursos a un tandeo establecido a partir de referencias temporales fijas (días concretos de la semana, del mes o, incluso, del año) o con toros de periodicidad determinada. La combinación de ambas formas de distribución se explica, a nuestro juicio, por una reordenación del sistema originario hispanomusulmán. A partir de una o varias negociaciones -concordias- entre los señores de las distintas comunidades rurales se pusieran en riego nuevas partidas, cosa que implicaba una nueva distribución del agua. Con estas reformas, quizá se introdujo un tandeo en algunos brazos que en todos los casos se basa en medidas de tiempo solar.
EL inicio y final de cada tanda entre comunidades e incluso entre partidas del mismo término, se calcula normalmente por la situación del sol: a la salida y a la puesta o al mediodía, momento en que el sol se encuentra a su punto más alto. Esta forma de medida ha sido usada tradicionalmente en la huerta de Valencia y se conoce tanto en la tradición romana como en la árabe.
Recocha de Benavites en el sistar de Benavites - Almenara

Con el sistema de tandeo que se impuso en algunos brazos de la fuente de Quart, se introduciría un complicado sistema de compensación entre comunidades, al que se atendían tanto los caudales destinados al riego como de otros pensados para proveer de agua para el consumo humano las comunidades que perdieran la dotación continua. Estas últimas comunidades pasarán a recibir lo que se conoce como (agua de) recocha, una parte proporcional de la fila que discurre por las acequias particulares de los pueblos y que se destina al alcance de los vecinos. La dotación de recocha supondría el cambio de días de tanda con fila completa por porciones de fila disponibles de manera continua, es por esto que las recochas -generalmente una parada de madera con un agujero de tamaño determinada- están comedidas para corresponder a porciones exactos de fila. Las recochas de Quart y de Benavites corresponden, por ejemplo, a un cuarto de fila; o lo que es igual, cuatro días de recocha suponen un día de fila. En la recocha de Quartell la proporción es de una quinta parte de fila. Estas proporciones se calculan a partir de una cantidad de caudal escaso, de manera que en épocas de abundancia las paradas se desbordaban y permitían también su uso para riego. En especial, este es el caso de la recocha del Satén, adscrita al consumo de Quart, que al desbordar con mucha facilidad, llega a Quart y Benifairó con más agua. La dotación de recocha, así como el propio término, no son exclusivas de la fuente de Quart. La acequia particular de Alfara y Algimia era conocida como «sequia de la Recocha». Estivella protesta en 1719 porque los de Morvedre habían cambiado la recocha, una piedra con un agujero al medio que permitía el paso de una dotación para uso domestico del pueblo. Parece claro que las recochas se adoptaran en ambos sistemas como compensación a las comunidades por introducirse una distribución con tandeo. Cabe la posibilidad, incluso, que se pudiese relacionar la introducción de las recochas a la acequia Mayor de Morvedre con la materialización del privilegio real de 1248, momento en que se abandona el sistema de agua continua en beneficio del tandeo. Un detalle que refuerza la autoría cristiana de esta invención.
La hipótesis que planteamos es que el tandeo de los distintos brazales del sistema apareció como consecuencia de las ampliaciones del perímetro irrigado, probablemente relacionadas con la conquista cristiana. El tandeo, como es habitual, supuso la aparición de funcionarios que debían dar las tandas y vigilar las ilegalidades. Así, las autoridades morvedrinas, como cabezas del término general, nombraban anualmente al «acequiero de Morvedre», que se hacía cargo de todos los brazales, salvo el de Almenara, del que se hacía cargo el «acequiero de Benicalaf», pueblo que podía temer los robos de los vecinos de Benavites.
Un sistema muy parecido se conoce en la huerta de Gandía, donde los partidores principales dividen proporcionalmente las filas de agua continua, mientras que a los partidores secundarios ya se introduce un tandeo por días y horas, que se mantiene, como la fuente de Quart, en rotación continua a lo largo de todo el año. La acequia de En Carros conserva dos partidores, conocidos como la 'casa oscura y la casa clara’ que son el que en el valle de Segó se conoce como sistares: casitas que cubren los partidores de agua continua. Más concretamente, la «casa fosca» cumple el mismo papel que el sistar de la Fuente, un partidor donde se dividen los brazales principales y en el que la distribución es estable y permanente. En este caso, parece claro que la red de acequias tenía un origen hispanomusulmán, aunque la construcción de las dos «casas» es cristiana, como las cestas de la fuente de Quart. En esta red se han podido conocer algunas de las concordias entre pueblos, que provocarán alteraciones en el tandeo en beneficio de una de las partes, como fue el caso de la acequia de En March. En este ejemplo, una ampliación de riego dió lugar a una nueva distribución a la acequia resultante donde, a través de una concordia, se introdujo un tandeo por días entre tres comunidades.
El nacimiento de la fuente del valle de Segó se encuentra al punto de unión de dos barrancos, el barranco de la Fuente y el barranco del Coronado, donde aparecen varios colmillos naturales formando una laguna. Los caudales de la fuente se canalizan mediante una acequia paralela al barranco que debió constituir el desgaste natural de la fuente antes de la canalización. A partir de esta acequia madre se organiza la distribución de los caudales a ambos bordes del barranco. Si obviamos la corta dotación del sistar del Satén, situado aguas arriba del principal, dos de las filas corresponden en el lado septentrional de la valle, mientras que el lado meridional recibe las tres filas restantes. La dotación del Satén, que importa un 7 % del agua de toda la fuente, recorta porcentualmente la dotación de todas las filas, de manera que a pesar de algunos mecanismos de compensación, ninguna de estas recibe la quinta parte del caudal que le debió corresponder originalmente. Los tres brazales principales del sistema parten del sistar de la Fuente, a partir del que cada uno de ellos mantiene una organización independiente. La antigüedad de este sistar o partidor ya fue reconocida de manera explícita en la concordia de 1437, el que además confirma indirectamente la existencia de novedades en la resto.
La época Moderna
La importante fase de transformaciones medievales, tanto hispanomusulmanas como cristianas, da lugar a un largo período caracterizado por una relativa estabilidad en aquello tocante al bastimento de nuevas redes de regadío, una estabilidad que empezaría ya al siglo XV y que caracteriza casi toda la época moderna, salvo algunas excepciones del XVIII, como la acequia Real del Júcar. A lo largo de estos siglos, seguramente se dieran ampliaciones limitadas a muchos de los perímetros irrigados, la atención pasa a los extremos de las tierras de cultivo, con la roturación de tierras de secano y la creciente colonización de los marjales, en especial como fruto de la recuperación demográfica del siglo XVIII. A los antiguos sistemas de riego, una vez reducidas las posibilidades de ampliación de las redes, la presión sobre los recursos daría lugar a una conflictividad permanente y especialmente virulenta en los ciclos secos. Así, a lo largo de la época moderna, se llega a un conjunto de cambios, especialmente en la gestión de los caudales, que servirán para adaptar la vieja organización jaumina, atendiendo a los nuevos equilibrios de poder en el seno de las redes de riego.
En conjunto, la gran mayoría de los sistemas de riego valencianos mantendrían tanto su organización jurídica como las características de su red casi intactos hasta bien entrado el siglo XVIII, momento en que ya se dan algunas grandes obras y se empieza la reorganización jurídica de los regadíos, profundizada al siglo XIX. Hasta este momento, y durante toda la época moderna, se da un largo proceso con el que se consolida una organización de los regadíos basada tanto en leyes escritas de origen foral como en costumbres populares y comunales que, en resumidas cuentas, marcan el origen y los límites de la conflictividad hidráulica del período y, en especial, pasarán a ser el objeto de buena parte de las reformas del siglo XIX.
Gobierno de la fuente
En decreto 29 de Septiembre de 1.854 el Gobernador Civil de la provincia aprueba las ORDENANZAS PARA EL REGIMEN Y GOBIERNO DE LAS AGUAS DE LA FUENTE DEL PUEBLO DE QUART DE LES VALLS, vigentes en la actualidad. Con la publicación de estas ordenanzas no terminaron los problemas pero había una normativa, consensuada entre los pueblos beneficiados tras muchos años de conflictos y voluntades contrapuestas, en la que basar las actuaciones administrativas y de gobierno.
La Junta de Gobierno, bajo la dependencia del Gobernador Civil de la provincia, la componen los Alcaldes, o persona designada por ellos, de los seis pueblos. Será presidente de esta Junta uno de ellos y “la designación de este Presidente se hará por suerte, incluyendo en ella a todos los Alcaldes el primer año, y en los siguientes tan solo a los de los pueblos que no hayan tenido la presidencia en los años anteriores, para que de este modo, en el transcurso de doce años, tengan todos los pueblos, dos años, su Alcalde Presidente.”
“La Junta extenderá su jurisdicción a los manantiales de la fuente hasta su cercado de pared y a las aguas de la misma, mientras corran por las acequias comunes; las dos márgenes que forman el cajero de éstas y las divisorias con sus sistares o casitas, forman parte integrante de aquéllas.”
El acequiero, o “sequier”, cargo nombrado por la Junta de Gobierno, es el encargado de la distribución de las aguas y, entre otras tareas, le incumbe que cada fila discurra cada día por la acequia que le corresponde, el mantenimiento de los sistares y de la propia fuente.
Distribución de las aguas
Mención especial requiere la distribución de las aguas de la fuente. El como, cuando y donde se reparten las aguas se regula en el primer capítulo de las Ordenanzas, la “RESEÑA del estado actual de las acequias de la fuente de Quart, y el método que se observa en el riego”.

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