La necesidad de fomentar el desarrollo de energías renovables forma parte de una estrategia política y comunitaria que debe tener en cuenta las materias relacionadas con el medio ambiente, crecimiento, competitividad y empleo, competencia, investigación, desarrollo tecnológico y demostración, así como en el ámbito de la política agraria y de desarrollo rural. Es por ello que, en las últimas décadas, se empezó a dar un papel importante a estas energías como alternativa energética a las fuentes tradicionales, poniendo latente la necesidad de la búsqueda de nuevas herramientas y técnicas que puedan dar respuesta a conceptos tan importantes como la planificación energética de un territorio. De este modo, se comenzó un proceso de integración de las energías renovables mediante diversas actuaciones políticas a nivel mundial (Protocolo de Kyoto), siendo necesario además llevar a cabo iniciativas energéticas locales. En este contexto, la utilización de la biomasa con fines energéticos ofrece múltiples ventajas con respecto a las fuentes de energía convencionales, así como en relación con otras fuentes de energía renovables, en particular unos costes relativamente bajos, una menor dependencia de las alteraciones climáticas a corto plazo, el fomento de las estructuras económicas regionales y la creación de fuentes de ingresos alternativas. Entre los principales beneficios destacaríamos reducir la dependencia de los combustibles fósiles, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y estimular la actividad económica en zonas rurales (Comisión de las Comunidades Europeas 2005). En este trabajo se presentan diferentes metodologías y estrategias para impulsar el desarrollo del aprovechamiento de la biomasa procedente de residuos agrícolas y forestales, incluyendo los distintos y numerosos elementos implicados en la utilización de la biomasa como fuente energética: recursos disponibles y tipología, logística para su recogida y distribución, restricciones medioambientales y sociales, transporte, almacenamiento, costes, pre-tratamientos, demanda potencial, etc. En este sentido, el estudio se centra en conocer la viabilidad económica, social y medioambiental, desarrollando y aplicando estrategias logísticas que permitan la identificación y cuantificación de la biomasa generada en un territorio, así como la localización óptima de una planta de biomasa y centros de transferencia, utilizando como herramienta fundamental los Sistemas de Información Geográfica (SIG) desde tres perspectivas diferentes. En el primer caso, se desarrolla y se presenta una metodología integral para optimizar el aprovechamiento energético de los recursos biomásicos enmarcada en un proyecto nacional (“BIODER”). En la segunda aplicación metodológica se hace uso de las técnicas de evaluación multicriterio en entornos SIG, determinando las zonas aptas para la instalación de dichas plantas en una zona de estudio. Posteriormente, y una vez obtenidos los resultados, se lleva a cabo un análisis de sensibilidad de las variables con el fin de comprobar la robustez del modelo planteado y la imprecisión de cada factor de entrada mediante el empleo de métodos globales. Finalmente, la aplicación de determinados modelos de localización basados en programación lineal implementados en un SIG, optimizan dicha ubicación, a la vez que se describen las estrategias logísticas y los costes de estos residuos.