Resumen El ascomiceto Monosporascus cannonballus Pollack et Uecker es uno de los principales agentes fúngicos asociados al síndrome del “colapso”, afección que afecta al cultivo de cucurbitáceas en el mundo y que limita su producción en España. Desde principios de los años ochenta, los problemas de “colapso” causados por este hongo se han agravado en las zonas productoras de cucurbitáceas de la Comunidad Valenciana. El inóculo de M. cannonballus lo constituyen las ascosporas, que quedan en el suelo tras la descomposición de las raíces afectadas. Estas ascosporas pueden ser extraídas del suelo mediante un proceso físico, que permite su cuantificación y seguimiento a lo largo del tiempo. Basándose en esta técnica, se han realizado varios estudios epidemiológicos que han permitido obtener resultados innovadores. En el primero de ellos, se ha estudiado la dinámica poblacional de las ascosporas de M. cannonballus en suelos con diferentes condiciones hídricas y de cultivo. En campos con cultivo de melón, se ha observado que el nivel de ascosporas alcanza un máximo siete meses después de la plantación (3-4 meses después de la finalización del cultivo y muerte de las plantas), para ir disminuyendo posteriormente de forma progresiva, hasta llegar a niveles similares a los iniciales a los doce meses de la plantación. En campos con encharcamiento invernal y sin cultivo de melón, se ha observado un descenso lento y progresivo del nivel de ascosporas. En este caso, se ha constatado que las ascosporas de M. cannonballus pueden sobrevivir en suelo al menos por un periodo de tres años, sin haber perdido después su infectividad. M. cannonballus ha sido considerado como un hongo termófilo, con un hábitat típico de zonas desérticas y semiáridas; en este estudio se ha demostrado que es capaz de sobrevivir en zonas templadas y en condiciones de encharcamiento prolongado. Se ha realizado un estudio de cuantificación de ascosporas en suelo de campos de melón de diferentes zonas productoras de la Comunidad Valenciana, detectándose ascosporas de M. cannonballus en todos ellos. En los muestreos realizados en el momento de aparición de los síntomas de “colapso”, se han observado diferencias significativas entre los campos y entre las zonas síntomáticas y asintomáticas, a favor de unas u otras, según los campos, no encontrándose diferencias significativas entre las líneas y las entrelíneas. Asimismo, al comparar los niveles iniciales de ascosporas en el suelo con los obtenidos dos o tres meses tras la finalización del cultivo, se han visto diferentes situaciones, en ocasiones contradictorias, como un aumento en el nivel final de ascosporas por gramo de suelo, una disminución de este nivel, o bien, que el nivel de ascosporas por gramo de suelo permaneció sin diferencias significativas entre ambos muestreos. Así, se ha puesto de manifiesto que, para poder estudiar la dinámica poblacional de las ascosporas de M. cannonballus en suelo, es necesario efectuar muestreos secuenciales. Debido a la complejidad de su ciclo vital (germinación de ascosporas, colonización de las raíces, formación de peritecios e incorporación de las nuevas ascosporas al suelo), los muestreos puntuales no muestran información suficiente sobre el nivel de inóculo de este hongo en suelo. Paralelamente, se ha efectuado un estudio secuencial de la población de ascosporas en suelo de M. cannonballus en varios cultivos de cucurbitáceas (melón, sandía y sandía injertada sobre Cucurbita). La dinámica poblacional de las ascosporas fue diferente para los distintos cultivos estudiados. En melón y sandía se produjo un descenso de la población de ascosporas a partir de los primeros muestreos, probablemente debido a la germinación de las ascosporas y colonización de las raíces. Este descenso coincidió con la observación de los primeros síntomas en la parte aérea y el aumento del aislamiento del hongo en las raíces de las plantas afectadas. Posteriormente se observó un incremento de la población de ascosporas a los dos meses de la fecha de plantación, asociado a la producción de peritecios en las raíces. Este aumento en el número de ascosporas en las fases finales del cultivo, fue significativamente mayor en las líneas que en las entrelíneas, asociado probablemente a una mayor densidad de raíces en aquéllas. En sandía injertada sobre Cucurbita, el nivel de ascosporas en suelo se mantuvo estable durante todo el ciclo de cultivo, no observándose diferencias entre las líneas y las entrelíneas, ni síntomas en la parte aérea, ni peritecios en las raíces, y el porcentaje de aislamiento de M. cannonballus fue muy bajo durante todo el estudio. A la vista de estos resultados, se considera que el injerto de sandía sobre híbrido de Cucurbita es un método de lucha eficaz contra el “colapso” causado por M. cannonballus. Finalmente, se ha realizado un estudio comparativo de patogenicidad entre M. cannonballus, Acremonium cucurbitacearum Alfaro-García, W. Gams et J. García-Jiménez, Rhizopycnis vagum D.F. Farr y Plectosporium tabacinum (van Beyma) M.E. Palm, W. Gams et Nirenberg, efectuando inoculaciones conjuntas entre ellos en todas las combinaciones posibles. No se ha observado una correlación positiva entre los parámetros de índice de daños en raíces (IDR) y peso fresco de la parte aérea, determinándose que este último no es apropiado para evaluar un ensayo de patogenicidad en invernadero con estos hongos, debido a que las plantas no llegan a fructificar y no se produce el síndrome del “colapso”. Las inoculaciones que mayor IDR obtuvieron fueron las de M. cannonballus y sus combinaciones, mientras que R. vagum, P. tabacinum y su combinación fueron las de menor IDR. Se ha constatado la importancia de M. cannonballus y A. cucurbitacearum dentro del grupo de hongos implicados en el síndrome.