RESUMEN El secado convectivo de alimentos presenta todavía algunas limitaciones que dificultan su aplicación en campos específicos. Entre ellas, se encuentra la baja velocidad de secado y la pérdida de calidad del producto. Algunas de estas limitaciones pueden salvarse con la introducción de nuevas tecnologías usadas como fuentes adicionales de energía. Entre otras, destacan los ultrasonidos de potencia, que pueden influir en la velocidad de secado sin producir un aumento significativo de la temperatura del material. Esto favorece su aplicación en el secado de materiales sensibles al calor o en procesos de secado realizados a bajas temperaturas, como por ejemplo la liofilización a presión atmosférica. Los ultrasonidos de potencia se han aplicado con el objetivo de influir en la transferencia de materia en sistemas sólido-líquido, como el salado de carne y queso, la deshidratación osmótica de frutas y diversos procesos de extracción. En cambio, las aplicaciones de ultrasonidos de potencia en sistemas sólido-gas, como es el caso del secado convectivo, son menos frecuentes debido a ciertas limitaciones que dificultan enormemente el desarrollo de esta tecnología. Entre otras, destaca la diferencia de impedancias entre los sistemas de aplicación de ultrasonidos y el aire, que dificulta la transmisión de las ondas, y la elevada absorción de energía acústica del aire. Dichas limitaciones pueden superarse a partir del adecuado diseño del sistema de aplicación de ultrasonidos. Asociados a la aplicación de ultrasonidos de potencia, hay una serie de efectos que pueden influir en los procesos de transferencia de materia que tienen lugar durante el secado convectivo. Por un lado, la resistencia externa a la transferencia de materia puede verse afectada por las velocidades oscilantes, microcorrientes y variaciones de presión que producen los ultrasonidos en las interfases sólido-gas. Por otro lado, la resistencia interna puede disminuir por los ciclos de compresión y descompresión que producen los ultrasonidos en los materiales (efecto esponja), por los efectos en las interfases de los espacios intercelulares, e incluso por la cavitación que puede ayudar a eliminar el agua más fuertemente retenida. El principal objetivo de este trabajo ha sido determinar el efecto de los ultrasonidos de potencia en procesos de secado convectivo estableciendo la influencia de las principales variables del proceso. Para la consecución de este objetivo se pretendió diseñar un nuevo sistema de aplicación de ultrasonidos que consiguiera una adecuada transmisión de energía ultrasónica al medio. El diseño se basó en la idea de conseguir que las propias paredes de la cámara de secado fueran las encargadas de radiar la energía ultrasónica, es decir, que la cámara de secado fuera el elemento vibrante y que transmitiera la energía a las partículas presentes en su interior. Su construcción se realizó a partir de los cálculos de diseño realizados en 2 dimensiones por elementos finitos utilizando el código ANSYS. Así, se desarrolló un sistema de aplicación ultrasónico consistente en un cilindro de aluminio (120 mm de diámetro externo, 10 mm de espesor y una longitud de 310 mm) vibrando a flexión, excitado por un vibrador compuesto por un transductor tipo sándwich y un amplificador mecánico. Antes de su montaje en el secadero, el sistema de aplicación fue caracterizado con un puente de impedancias y, además, suministrándole una potencia eléctrica de 90 W (frecuencia 21.8 kHz, voltaje 60 V, intensidad 1.55 A, desfase 4º e impedancia 329 O). También se estudió la estructura del campo acústico generado en el interior de la cámara de secado, determinándose un valor medio de presión sonora de 154.3 dB cuando se aplicó una potencia eléctrica de 75 W. Este valor se aproximó mucho al valor predicho a partir de la modelización con elementos finitos (156.3 dB). Para la instalación del sistema de aplicación se modificó un secadero convectivo tradicional. En la adaptación, se consiguieron tanto unas condiciones de trabajo adecuadas para el sistema de aplicación de ultrasonidos como mantener el proceso de pesada automático existente en el secadero. Se realizaron experiencias de secado de diferentes productos: zanahoria, albaricoque, caqui y corteza de limón. Las isotermas de sorción de estos productos se obtuvieron de la bibliografía excepto para el caso de la corteza de limón del que no se encontraron referencias bibliográficas. En este caso, se determinaron experimentalmente las isotermas de sorción a diferentes temperaturas (20, 30, 40 y 50 ºC), utilizando higrómetros eléctricos. El modelo de GAB fue el que mejor describió los datos de sorción experimentales de corteza de limón. Por otra parte, se identificó la influencia de la temperatura en la isoterma. El calor isostérico de sorción fue determinado a partir de la ecuación de Clausius-Clapeyron, mediante métodos de cálculo diferencial e integral y también usando la ecuación de Riedel. Las estimaciones del calor isostérico con los diferentes métodos fueron similares. La aplicación de ultrasonidos de potencia no produjo ninguna influencia en las cinéticas de secado en lecho fluidizado de cubos de zanahoria (8.5 mm de lado) y octavos de albaricoque realizadas a diferentes temperaturas (30, 35, 40, 45, 50, 55 y 60 ºC) y velocidades de aire comprendidas entre 10 y 14 m/s. Los valores de energía de activación obtenidos para estos productos fueron similares a otros mostrados por la bibliografía y no se encontraron diferencias significativas entre los obtenidos para las experiencias con (US, 75 W, 21.7 kHz) y sin aplicación de ultrasonidos de potencia (SUS). A la vista de estos resultados y con el fin de establecer la causa por la que no se encontraron diferencias con la aplicación de ultrasonidos, se evaluó la influencia de la velocidad del aire en el campo acústico generado en el interior de la cámara de secado. Así, se identificó un descenso del nivel medio de presión sonora con el aumento de la velocidad del aire. A partir de 8 m/s este valor permaneció constante. Por lo tanto, el aumento de la velocidad del aire supuso un descenso de la energía acústica disponible para las partículas. Por otro lado, se realizaron experiencias de secado con diferentes productos (zanahoria, caqui y corteza de limón) y geometrías (cubos, cilindros y discos) a velocidades de aire comprendidas entre 0.5 y 14 m/s. La velocidad del aire influyó en las cinéticas SUS de los distintos productos hasta una velocidad de aire próxima a 5 m/s. Dicho umbral se estableció partir de los valores de difusividad efectiva identificados con un modelo difusional sin considerar la resistencia externa a la transferencia de materia (SRE). La aplicación de ultrasonidos de potencia (75 W, 21.7 kHz) aumentó los valores de difusividad efectiva (De) identificados con el modelo SRE en el secado de zanahoria y caqui únicamente para las experiencias realizadas a bajas velocidades de aire (< 6 m/s). Es decir, a altas velocidades de aire, y por tanto menores niveles de energía acústica, la influencia de los ultrasonidos en la cinética de secado de estos productos fue despreciable. Sin embargo, en las experiencias de secado de corteza de limón, la aplicación de ultrasonidos de potencia aumentó de forma significativa (p<0.05) los valores de difusividad efectiva tanto a bajas como altas velocidades de aire. La mayor sensibilidad de la corteza de limón a los efectos de los ultrasonidos posiblemente esté determinada por su estructura. Una de las propiedades estructurales que puede tener mayor importancia en los efectos de los ultrasonidos es la porosidad de los materiales. Los productos de mayor porosidad pueden ser más sensibles a los ciclos de compresión y descompresión producidos por las ondas ultrasónicas, facilitando el movimiento del agua por sus grandes espacios intercelulares. En productos de baja porosidad, los espacios intercelulares son de menor tamaño y, por tanto, presentan una mayor resistencia al movimiento del agua, necesitando mayores niveles de energía acústica para afectar a dicha resistencia. La influencia de la porosidad también puede explicarse por el hecho de que, en los productos más porosos, la absorción de energía acústica por el material sería mayor. De esta manera, aumentaría la energía disponible en el interior del material produciendo compresiones y descompresiones más intensas (efecto esponja) que favorecerían la salida del agua y por tanto, la disminución de la resistencia interna. De igual manera, los efectos de los ultrasonidos en las interfases sólido-gas de los materiales porosos serían más intensos al presentar una mayor red interna de espacios intercelulares, lo que también reduciría la resistencia interna a la transferencia de materia. En este sentido, se comprueba que la corteza de limón al presentar una mayor porosidad que la zanahoria y el caqui es más sensible al efecto de los ultrasonidos. Los modelos difusionales en los que no se consideró la resistencia externa a la transferencia de materia (SRE) no ajustaron de forma adecuada las experiencias de secado realizadas a bajas velocidades de aire. Es por esto que se plantearon otros modelos difusionales, en función de la geometría de las partículas, considerando la resistencia externa a la transferencia de materia (modelo RE). Estos modelos fueron resueltos mediante un método implícito de diferencias finitas utilizando el lenguaje de programación disponible en Matlab. Los modelos RE proporcionaron porcentajes de varianza explicada superiores al 99 % y errores medios relativos inferiores al 10 % en todos los casos. Los valores de difusividad efectiva (De) y el coeficiente de transferencia de materia (k) identificados con el modelo RE en el secado de caqui fueron significativamente (p<0.05) más elevados en las experiencias US (75 W, 21.7 kHz) realizadas a velocidades de aire inferiores a 6 m/s que en las experiencias SUS a la misma velocidad. Por lo tanto, cuando se utilizaron velocidades de aire bajas, la aplicación de ultrasonidos de potencia influyó de forma significativa tanto en la resistencia interna como externa a la transferencia de materia. La influencia de la temperatura del aire en el secado acústico fue evaluada a partir de experiencias SUS y US (75 W, 21.7 kHz) de secado de cubos de zanahoria (8.5 mm de lado) realizadas a 30, 40, 50, 60 y 70 ºC y 1 m/s. La aplicación de ultrasonidos de potencia aumentó de forma significativa (p<0.05) los valores de De y k para las experiencias realizadas a temperaturas inferiores a 60 ºC. A medida que la temperatura aumentó la influencia de los ultrasonidos fue disminuyendo y desapareció en las experiencias de 70 ºC. Los valores de difusividad efectiva identificados en las experiencias US no se ajustaron bien a la ecuación de Arrhenius. Los valores de difusividad efectiva identificados a altas temperaturas (60-70 ºC) no siguieron la relación lineal mostrada por los valores obtenidos a bajas temperaturas (30, 40 y 50 ºC). Otro de los parámetros cuya influencia en el secado acústico se evaluó fue la densidad de carga másica. Con tal objetivo, se realizaron experiencias SUS y US (75 W, 21.7 kHz) de secado de cubos de zanahoria (8.5 mm de lado) a 11 niveles diferentes de densidades de carga: 12, 24, 36, 42, 48, 60, 72, 84, 96, 108 y 120 kg/m3 (1 m/s y 40 ºC). La densidad de carga influyó de forma significativa (p<0.05) en la cinética del proceso. Así, la velocidad de secado disminuyó a medida que aumentó la carga de partículas presente en la cámara de secado. A partir de las modelizaciones realizadas con el modelo RE, se pudo identificar que la densidad de carga no influyó en la De, pero sí en el coeficiente de transferencia de materia (k). El incremento de partículas en las bandejas de la cámara de secado pudo dificultar el flujo de aire alrededor de las partículas, incrementando la resistencia externa y, por tanto, disminuyendo k. La aplicación de ultrasonidos de potencia aumentó de forma significativa (p<0.05) tanto k como De en todo el rango de densidades de carga evaluado, aunque las diferencias dejaron de ser estadísticamente significativas (p<0.05) a densidades de carga superiores a 90 kg/m3. Este hecho puede ser consecuencia de la disminución de la cantidad de energía ultrasónica que le llega a cada partícula por el aumento de la masa presente en la cámara de secado. El último de los parámetros evaluado para determinar su influencia en el secado convectivo asistido por ultrasonidos fue el nivel de potencia ultrasónica aplicada. Se realizaron experiencias de secado de cubos de zanahoria (8.5 mm de lado) y láminas de corteza de limón (7 mm de espesor) a 40 ºC y 1 m/s variando el nivel de potencia aplicado: 0, 10, 20, 30, 40, 50, 60, 70, 80 y 90 W. A partir de estas cinéticas se encontró una influencia significativa (p<0.05) del nivel de potencia aplicado en el secado de estos productos. Así, en el caso de la corteza de limón se estableció una relación lineal entre De o k y la potencia aplicada, válida para todo el rango evaluado. Sin embargo, en el caso de la zanahoria, los efectos de los ultrasonidos no aparecieron hasta que la potencia superó un umbral comprendido entre 20 y 30 W. A partir de este umbral, se identificó también una relación lineal entre De ó k y la potencia aplicada. En este caso la pendiente de estas rectas fue del orden de diez veces menor que para la corteza de limón. Es decir, los efectos de los ultrasonidos fueron más intensos en la corteza de limón (porosidad 0.4) que en un producto de menor porosidad como es la zanahoria (0.04). Por lo tanto, de nuevo se puso de manifiesto la importancia de la materia prima en la influencia de los ultrasonidos en el secado convectivo. El modelo empírico de Weibull se utilizó como complemento a los modelos difusionales SRE y RE para la modelización de los diferentes tipos de experiencias de secado realizadas en este trabajo. El modelo de Weibull describió de forma adecuada las cinéticas de secado de los diferentes productos, proporcionando porcentajes de varianza explicada similares a los del modelo RE y muy superiores a los del modelo SRE. Además, a partir del análisis de sus parámetros (a y ß) se obtuvo una información similar a la que proporcionaron los modelos difusivos para evaluar la influencia de los ultrasonidos de potencia en el secado convectivo. En vistas a un posible uso de los ultrasonidos de potencia en la liofilización a presión atmosférica se abordó esta técnica de secado. La liofilización a presión atmosférica presenta una baja velocidad de secado al utilizar temperaturas por debajo del punto de congelación de los alimentos. La aplicación de ultrasonidos en estas condiciones podría resultar muy interesante, pues aumentaría la velocidad de secado sin incrementar de forma significativa la temperatura del material. Por lo tanto, estos aspectos justificarían el estudio de la aplicación de la tecnología ultrasónica en este proceso. Como paso previo, se consideró oportuno evaluar la influencia de la liofilización a presión atmosférica en los parámetros de calidad de un producto de elevado valor añadido como es el bacalao. Así se realizaron experiencias de secado en lecho móvil de bacalao granulado y cortado en cubos (5 mm) a diferentes temperaturas (-10, -5, 0, 15 y 30 ºC) utilizando un secadero provisto de bomba de calor. También se realizaron experiencias combinando temperaturas, es decir, utilizando temperaturas por debajo del punto de congelación (-5 y -10 ºC) cuando la humedad es elevada y, a partir de contenidos de humedad inferiores a 0.4 kg w/kg producto, una temperatura elevada (30 ºC). Las cinéticas de secado de los cubos de bacalao se modelizaron con un modelo difusional SRE y con el modelo de Weibull. A partir de los valores de difusividad efectiva identificados se estimaron valores de energía de activación, muy diferentes para las experiencias realizadas a bajas (-10 y -5 ºC, 71.1 kJ/mol) y las realizadas a altas temperaturas (15 y 30 ºC, 30.7 kJ/mol). Las muestras secadas a temperaturas por debajo del punto de congelación presentaron mejores índices de calidad caracterizados por una mayor luminosidad, menor encogimiento, menor densidad aparente y mayor capacidad de rehidratación que las muestras secadas con aire caliente (15 y 30 ºC). Mientras, las secadas a 0 ºC presentaron unos parámetros de calidad intermedios. La combinación de temperaturas incrementó de forma apreciable la velocidad de secado respecto a las experiencias de liofilización y no influyó de forma apreciable en la calidad del producto. La aplicación de ultrasonidos de potencia podría incrementar la velocidad de los procesos de transferencia de materia en condiciones de liofilización a presión atmosférica sin producir un aumento significativo de la temperatura del producto, y por tanto, sin afectar a su calidad. A partir de los resultados obtenidos en este trabajo, se podría esperar un incremento de la difusividad efectiva del 55 % por la aplicación de ultrasonidos de potencia. Este incremento supondría una reducción de 45000 s (12.5 horas) en el tiempo necesario para alcanzar un contenido de humedad de 0.15 kg w/kg producto en las experiencias realizadas a -10 ºC.