Resumen. Versión en castellano. La preadolescente no tuvo una iconografía propia en el arte hasta mediados del siglo XVIII, cuando se originó un concepto de infancia como estado biológico humano diferente al adulto. Durante el siglo XIX en Inglaterra, la imagen infantil y en concreto la de «las niñas», se desarrolló notablemente a través de la literatura, la pintura, la ilustración y la naciente fotografía. El fenómeno cultural, casi obsesivo de la imagen infantil por parte de numerosos intelectuales y artistas victorianos como John Everett Millais o Lewis Carroll, se vino a llamar «Culto por las niñas», que las dotaba de una naturaleza inocente, pura e idealizada, pero por otro lado, les otorgaba misterio y perversidad. A partir del siglo XX hasta la actualidad, las artes y los medios de masas tomarían la imagen preadolescente generada durante la etapa victoriana como base para la construcción de diversos iconos y estereotipos de la feminidad infantil, como la inocente ambigua Shirley Temple en el cine de la década de 1930, las provocadoras escenas con niñas desnudas del pintor Balthus, la concreción de un icono femenino de naturaleza sensual y nínfica con nombre propio a través de la novela Lolita de Vladimir Nabokov, y la repercusión de éste, sobre todo en la última década en manifestaciones artísticas y visuales como el manga japonés o la pornografía infantil en Internet.