A través del establecimiento de una genealogía moderna que recorre tres generaciones de arquitectos californianos entre mediados de los años 20 y finales de los años 40, desde Richard Neutra a Gordon Drake pasando por Harwell Hamilton Harris, esta tesis aborda el modo en que estos autores entendieron y expresaron su particular vinculación con el medio físico y el paisaje creativo del Sur de California. El análisis de las obras donde estos arquitectos coincidieron en su condición de discípulos y maestros y, sobre todo, la identificación de sus círculos de influencias, permiten describir algunos de los episodios formativos que mejor explican los cauces por los que se gestaron y transmitieron las tradiciones modernas más originales de la región. Harwell Hamilton Harris y Gordon Drake son dos arquitectos genuinamente californianos cuya obra, a pesar de su calidad, resulta prácticamente desconocida para la cultura arquitectónica europea. Esta situación es representativa del modo en que la historia de la arquitectura moderna californiana se ha transmitido sólo a través de unos cuantos relatos incompletos, cuyas principales fuentes deben ser examinadas con mayor profundidad crítica. Éste sería el caso de Esther McCoy, la primera historiadora de este periodo y a quien se suele citar sin atender a su frecuente implicación personal en los hechos mismos que recogen sus estudios. Harris llegó al despacho de Neutra en 1928. Richard Neutra residía entonces en la vivienda que Rudolph y Pauline Schindler habían construido en Kings Road, y allí ultimaba el proyecto de ejecución de la Lovell House, la obra a la que mayor esfuerzo de promoción dedicó en toda su vida y que confirmó su celebridad internacional. Poco más de una década después, Gordon Drake fue admitido en el estudio de Harris donde colaboró, precisamente, en la vivienda que más reconocimiento le valió a su mentor, la Weston Havens House, concluida semanas antes de la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. La portada del número de marzo de 1940 de California Arts & Architecture reproduciendo a toda página la inspirada sección transversal de esta casa constituyó para Harris un punto de inflexión en su carrera, un momento que resultó igualmente decisivo para John Entenza. Para el arquitecto marcó el final de su relación con la revista; para el escritor supuso su primera portada y el inicio de una trayectoria editorial orientada a fabricar prestigio. Por su parte, Drake ganó con su primera obra, su propia casa en Los Ángeles (1946), el primer concurso de la revista Progressive Architecture. Las fotografías que Julius Shulman tomó de aquella vivienda catapultaron a la fama a una joven promesa de la arquitectura cuya meteórica carrera se vio truncada por un accidente que le costó la vida antes de cumplir los 35 años. El interés mediático que despertó el trabajo de todos ellos brinda la oportunidad de explorar los mecanismos de fijación de la memoria y las políticas editoriales de la época, también sus estrategias publicitarias e, incluso, la importancia concedida por algunos protagonistas de estas historias cruzadas a la elaboración de su propia biografía. Asimismo esta tesis incide en la construcción de afectos y relaciones personales que hicieron posible aquellas arquitecturas. Y en este sentido, fue fundamental el compromiso militante de Pauline Schindler quien, a lo largo de su vida, movilizó una red de arquitectos, artistas, fotógrafos, escritores, activistas políticos, intelectuales y clientes progresistas sin cuya fricción, seguramente, la historia de la arquitectura californiana habría sido otra muy distinta.