TESIS DOCTORAL EL ÚLTIMO HÁLITO DE LA FORTIFICACIÓN ABALUARTADA: EL FUERTE DE SAN JULIÁN DE CARTAGENA DOCTORANDO: GUILLERMO GUIMARAENS IGUAL DIRECTOR: JUAN FRANCISCO NOGUERA GIMÉNEZ La presente tesis doctoral se centra en el estudio de los últimos momentos de la fortificación abaluartada peninsular a partir del estudio pormenorizado de una pieza arquitectónica singular como es el Castillo de San Julián de Cartagena, una sorprendente construcción que recoge tardíamente en sus trazados el debate sobre los sistemas de fortificación abaluartada tradicionales y los más novedosos del momento en que se erige (entre los años 1866 y 1883) La investigación se integra en los trabajos de investigación acerca de la Plaza Marítima de Cartagena, que efectúa el grupo de investigación, restauración y difusión del patrimonio arquitectónico, "Loggia-Restauración", de la Universidad Politécnica de Valencia, bajo la dirección de Juan Francisco Noguera Giménez. El procedimiento seguido para el estudio y puesta en valor de la fortaleza se ha apoyado en la metodología aplicada en estudios previos, como el efectuado del Castillo de Galeras, que parte del conocimiento exhaustivo de la realidad arquitectónica, mediante la realización de talleres de campo que incluyen la labor de levantamiento topográfico del fuerte, la representación gráfica del mismo en su conjunto y detalles correspondientes, ahondando en sus características constructivas y tipológicas. A partir del estudio histórico, apoyado en las fuentes documentales localizadas en los archivos nacionales, el doctorando ha podido contrastar la citada realidad arquitectónica con la propia vida del edificio, sus alteraciones o los numerosos proyectos que engrosaron el debate de su construcción, permitiendo conocer el por qué de su misión estratégica, la elección del enclave, de un trazado particular, de una técnica constructiva... los aciertos y, como no, los desaciertos, así como la huella humana que se esconde detrás del mismo. Tan sólo con el conocimiento exhaustivo de qué pretendió ser la construcción y qué fue definitivamente, podemos fijar nuestra mirada para augurar qué futuro cabe o debería esperarse de ella. El estudio del fuerte resulta de interés porque resume las inquietudes defensivas en la plaza de Cartagena en el transcurso del siglo XIX, enlazando el esfuerzo constructivo efectuado en la Plaza a finales del siglo XVIII, en el que se aplican las técnicas de fortificación abaluartada, y las nuevas necesidades que se plantean a mediados del siglo XIX. El Fuerte de San Julián se descubre como la pieza clave decimonónica que falta a la defensa de Cartagena, destinada a garantizar la seguridad del Frente de Levante, íntimamente ligada su existencia a la protección de las baterías costeras del citado Frente. El estudio de sus trazados, nos descubre cómo el fuerte se genera a partir de una fortificación de campaña abaluartada de finales del siglo XVIII, germen que condiciona el tipo final del mismo, en el que los frentes abaluartados conviven con un frente poligonal. La investigación aborda en este aspecto un estudio de trazados compositivos de acuerdo con las propuestas de los tratadistas de la época, comprobando el arraigo de las teorías de fortificación abaluartada en los ingenieros proyectistas del momento, hasta el punto de seguir al dictado las prescripciones normativas. Por su parte se analizan las técnicas constructivas aplicadas y la sociología de la construcción, para lo cual resultan de especial trascendencia los documentos inéditos localizados del Ingeniero D. Manuel Jácome y Bejerano. Finalmente también resulta revelador el estudio histórico acerca de la actividad bélica de un Fuerte que, en pleno proceso de construcción, fue sometido al Asedio del ejército Centralista en el transcurso de la Sublevación Cantonal de 1873. Esta situación sirve de comprobación experimental de todos los supuestos tácticos y constructivos, que no tardarán en quedar obsoletos, convirtiendo al Castillo de San Julián en el último ejemplo de Fortificación Abaluartada de la Plaza. La investigación ha permitido, al mismo tiempo, consolidar determinadas lagunas históricas sobre la construcción, y deshacer confusiones importantes respecto al origen del fuerte, que se arrastran en las diversas publicaciones que lo han tratado superficialmente, y que parecen muy arraigadas en la cultura popular cartagenera. Así pues nos encontramos con la comprobación de la eficacia de una metodología compositiva de análisis, probada en el caso de fortificaciones abaluartadas, y de la que se demuestra su validez en construcciones posteriores, entendiéndose como un complemento válido para el estudio del patrimonio. Se descubre la historia de una construcción concreta y su consiguiente puesta en valor; junto al entendimiento de unas tipologías fortificatorias en un periodo de transición en que las teorías abaluartadas parecen haber caído en desuso y, sin embargo, sobreviven como espectros en diferentes proyectos. Se aprovecha la presente tesis para plantear un estudio sobre la bibliografía actualizada y las fuentes tratadísticas que afectan al momento concreto de la fortificación objeto de estudio, y aprovechando la óptica arquitectónica, se desgrana la evolución de las defensas cartageneras para entender los cambios de actitud en el trazado fortificatorio concreto de Cartagena, hasta el momento de dudas que se origina a mediados del siglo XIX. Ello permite aportar datos para el conocimiento que, en el ámbito español de entonces, se tiene de los diferentes sistemas de defensa internacionales que cruzan fronteras, y se ofrecen como alternativa al obsoleto sistema abaluartado. Se condensa, al mismo tiempo, un diccionario terminológico propio que aporte las diferentes interpretaciones que en diversos momentos de la historia se han utilizado en el caso de la arquitectura militar, en ese complejo rompecabezas terminológico en el que los idiomas se mezclan en forma de barbarismos, mutan en sus significados, llegando, en ocasiones, a hacer incomprensibles determinados documentos. En resumen, la presente investigación aspira a convertirse en el último eslabón de una línea investigadora iniciada hace más de cinco años y que materializa ese paso de lo global a lo concreto, para cerrar el ciclo, ofreciendo de dicha concreción, nuevos datos para su aplicación global y entender, como se indica en el título, "el último hálito de la fortificación abaluartada peninsular".