El control de las aguas generadas en entornos urbanos es una cuestión que se remonta a las civilizaciones más antiguas. A principios del siglo XX, los sistemas de saneamiento urbano comienzan a configurarse de forma similar a la actual. En las redes unitarias, se pretende enviar a tratamiento la mayor cantidad de flujo posible; en tiempo de lluvia, cuando se supera la capacidad de tratamiento de la planta depuradora, así como la de los colectores interceptores que conducen el agua a la misma, el exceso suele ser vertido directamente en el medio receptor, generando las descargas de sistemas unitarios (DSU). En un principio, se pensó que si estas descargas cumplían con ciertas restricciones de dilución podían ser perfectamente asumidas por el medio receptor. No obstante, hacia 1960, los vertidos procedentes de escorrentías urbanas se revelan como una de las principales causas de la degradación de los cuerpos de agua receptores. Es a partir de entonces cuando se estudia el problema seriamente y se plantean métodos de control y tratamiento de las DSU, resultando en la introducción de criterios medioambientales en las pautas de diseño de sistemas de drenaje y saneamiento urbanos. Los depósitos de retención de aguas de tormenta son elementos eficaces para paliar los efectos de los vertidos ocasionados por las escorrentías urbanas en tiempo de lluvia al medio receptor. Su uso está hoy en día bastante extendido; sin embargo, existe una gran dispersión de directrices, algunas de ellas incluso obsoletas, para la determinación del volumen óptimo de almacenamiento. No en vano, se dan en el problema una serie de condicionantes locales que tienen una gran influencia en el desarrollo de dichas metodologías, redundando en la dificultad de dotarlas de un carácter universal. La caracterización estocástica del régimen de lluvia, fenómeno inicial del proceso, es la que marca sin duda el desarrollo de un determinado método, ya sea este probabilístico, de evento tipo, de simulación continua o una versión simplificada derivada de alguno de los anteriores. Consecuentemente, aunque el planteamiento metodológico pueda seguir ciertas pautas generales, el desarrollo del mismo, y por supuesto, los resultados obtenidos, no son en absoluto generalizables. El análisis pasa, en aras del cumplimiento de las exigencias de la Directiva Marco del Agua 2000/60/CE y de toda la legislación que de ella emana, por el establecimiento de un objetivo de protección u objetivo de calidad en el medio receptor, puesto que de ello depende el volumen de depósito. El impacto ambiental sobre los medios receptores que provocan los vertidos desde un tanque de tormentas para el control de la contaminación puede enfocarse de dos formas diferentes, estableciendo los denominados estándares de emisión (Emission Standards, ES) o bien los objetivos de calidad ambiental (Environmental Quality Standards, EQS). El primer nivel en cuanto a objetivos de protección lo constituyen los estándares de emisión. Con ellos se estudian e imponen restricciones a los vertidos, evaluando su frecuencia, volumen, carga contaminante, etc. Existen y se utilizan diferentes formas prácticas de fijar un estándar de emisión. Las más habituales hacen referencia a la frecuencia de los vertidos y a la reducción del volumen de escorrentía o carga contaminante vertidos al medio receptor. El análisis centrado en estándares de emisión presenta la ventaja de resultar en metodologías fácilmente aplicables, pero adolece de considerar al medio receptor en sí, por lo que no discrimina los impactos que las descargas producen en el mismo. Por este motivo, se plantea el segundo nivel en objetivos de protección que es el que corresponde a los objetivos de calidad ambiental (EQS). Los EQS son objetivos que se definen no sobre los propios vertidos sino directamente sobre el medio receptor. Se evalúa entonces la capacidad del medio para adaptarse a los contaminantes que recibe, especificando además el nivel de tolerancia del impacto en función del medio receptor. La tesis plantea un modelo probabilístico para la obtención de indicadores que permitan la evaluación de la eficiencia de un determinado tanque de tormenta desde el punto de vista de los ES y de los EQS. Todos los resultados obtenidos probabilísticamente se aplican y contrastan mediante simulación integral en una cuenca de la ciudad de Valencia. La caracterización de las variables pluviométricas constituye un eslabón previo al desarrollo posterior del método probabilístico. En contra de la tendencia habitual hallada en la literatura, las variables de escala del proceso de lluvia (volumen de evento e intensidad de pico) no se ajustan correctamente a una distribución exponencial en el caso desarrollado para la ciudad de Valencia, resultando mucho más adecuado el modelo de Pareto que se propone como alternativa. Sin embargo, la duración de los eventos sí que responde correctamente al modelo exponencial, al igual que la variable que define la duración de los tiempos secos entre eventos. El cuerpo central de la tesis presenta un modelo probabilístico para la evaluación de estándares de emisión en un tanque de tormentas para el control de la contaminación. El indicador EN (eficiencia eventual) caracteriza la proporción a largo plazo de eventos completamente retenidos por el tanque, mientras que el indicador EV (eficiencia volumétrica) cuantifica la proporción de escorrentía retenida respecto de la producida en la cuenca controlada por el tanque. En el estudio se analiza la influencia que tienen sobre estos indicadores el propio volumen de depósito, el caudal derivado a tratamiento o la propia secuencia temporal del proceso de lluvia. Se plantea igualmente un análisis de sensibilidad de los resultados obtenidos frente a otros parámetros del modelo entre los que destacan los parámetros de producción de escorrentía. Los resultados obtenidos permiten la obtención de dos ábacos de diseño, uno para cada indicador de eficiencia. De éstos se desprende que, con una combinación adecuada de volumen de depósito y caudal derivado a tratamiento, se pueden obtener razonablemente, en la cuenca analizada en Valencia, eficiencias eventuales de hasta el 90% y volumétricas de hasta el 80%. Por otra parte, el análisis de los resultados permite concluir que un valor elevado del indicador exige un determinado caudal derivado a tratamiento. Por último, se completa el análisis incorporando las cuestiones relativas a la movilización de la contaminación durante los eventos de lluvia y el efecto del tanque en el control de ésta. Se propone para concluir un análisis basado completamente en Objetivos de Calidad Ambiental a partir de los resultados probabilísticos obtenidos a lo largo de la tesis. La particularización del mismo dependerá, no obstante, de la casuística específica del medio receptor sobre el que se establezca el impacto.