Uno de los mayores logros en salud pública a principios del siglo XX fue la introducción de cloro como agente desinfectante en los sistemas de potabilización. Sin embargo hoy en día se sabe que dicho cloro no es totalmente eficiente para la inactivación de algunas esporas, quistes, ooquistes ó virus. Además, desde 1974 se conoce que el cloro añadido como agente desinfectante reacciona con la materia orgánica presente en el agua para dar lugar a compuestos clorados entre los que se encuentran los trihalometanos (THMs). Actualmente los THMs están considerados como compuestos potencialmente cancerígenos, genotóxicos y mutagénicos. Además están regulados en España a través del RD 140/2003 a un nivel máximo de 100 µg L-1. Por estas razones en la actualidad algunas plantas de tratamiento de aguas potables trabajan con desinfectantes alternativos al cloro (principalmente ClO2 ó O3) que tienen un mayor poder de desinfección y reducen la formación de THMs. Debido a la interacción del cloro añadido como desinfectante con la materia orgánica disuelta y a la formación de subproductos de la desinfección, se han realizado numerosos estudios dirigidos a la caracterización de dichos precursores orgánicos. De modo general se puede decir que la materia orgánica disuelta está formada por una fracción hidrófoba (ácidos húmicos, fúlvicos y/o derivados de la lignina) y una fracción hidrófila (sacáridos, proteínas, compuestos de polaridad media/alta con grupos carbonílicos cetónicos y/o carboxílicos). Los ácidos húmicos y fúlvicos, derivados del proceso de humificación de la materia orgánica derivada de plantas y suelos, son macromoléculas formadas por compuestos de elevado peso molecular constituidos por subestructuras aromáticas sustituidas (principalmente con grupos -OH, COOH) y en menor medida por estructuras tipo sacárido y alifáticas. Dichos compuestos, representados generalmente por unidades de compuestos fenólicos y derivados (principalmente 1,3-dihidroxibencenos), han sido ampliamente aceptados como los principales responsables precursores en la formación de los subproductos de la desinfección (SPDs). Actualmente, otro tipo de compuestos que ha tomado especial importancia en la formación de SPDs son los compuestos -dicarbonílicos. Además de la materia orgánica disuelta, muchos compuestos derivados de la actividad humana están siendo detectados en las aguas de abastecimiento o potables. Algunos de estos compuestos han sido regulados (p.ej. la presencia de pesticidas) aunque actualmente hay un grupo de contaminantes emergentes como son los compuestos farmacéuticos. Además, la presencia de estos compuestos cuestiona la efectividad de los sistemas de tratamiento de aguas para la eliminación de este tipo de contaminantes. Considerando estos precedentes nos propusimos realizar un estudio de los parámetros de calidad relacionados con la materia orgánica disuelta y con microorganismos resistentes a la cloración. Inicialmente se procedió a la caracterización de la materia orgánica disuelta del río Turia (Capítulo 3). Se escogió este recurso acuático natural por ser una de las principales fuentes de abastecimiento de agua potable para Valencia y su área metropolitana. Entre las diversas conclusiones que se derivan del estudio cabe destacar la abundancia de estructuras derivadas de polisacáridos y de ácidos grasos. Además, inesperadamente no se observa la presencia de ácidos húmicos y fúlvicos fácilmente reconocibles con las técnicas espectroscópicas empleadas. En contraste, ha sido de interés el detectar la presencia de paracetamol, un compuesto considerado contaminante emergente en las aguas de abastecimiento. Teniendo en cuenta el alto contenido en polisacáridos en el agua del río Turia, se procedió a evaluar el comportamiento de los carbohidratos como precursores de THMs tras su interacción con cloro (Capítulo 4). Los resultados indican que aunque los valores de THMs obtenidos son menores respecto a los modelos tradicionales de ácidos húmicos y fúlvicos, en aquellos sistemas en los que existan elevadas concentraciones de carbohidratos éstos pueden contribuir notablemente a la formación de THMs. Estudios previos habían demostrado que la presencia de cationes metálicos (p.ej. cobre) es un factor determinante en la formación de THMs. Basándonos en estos precedentes y teniendo en cuenta la alta concentración de otros cationes metálicos en las aguas naturales evaluamos la influencia de la presencia de los iones Ca+2 y Mg+2 en la formación de THMs, tras la cloración de disoluciones modelo y una muestra de agua del río Turia (Capítulo 5). Los resultados de dicho estudio indican que cuando dichos iones están presentes durante el proceso de cloración la formación de THMs se ve notablemente favorecida. Considerando la presencia de contaminantes emergentes y de algunos reconocidos precursores de THMs en los recursos acuáticos naturales evaluamos la reactividad de antibióticos -lactámicos (penicilina, amoxicilina y cefadroxil, Capítulo 6) y de amino ácidos (triptófano, tirosina e histidina, Capítulo 7) frente al ClO2. Se concluye del estudio que el ClO2 es efectivo para la eliminación de amoxicilina y cefadroxil bajo condiciones típicas de tratamiento (pH 8, temperatura ambiente, condiciones acuosas diluídas) e ineficiente para la penicilina en estas condiciones. Además, se ha realizado un estudio de los productos de reacción bajo diversas condiciones que ha permitido proponer un mecanismo de reacción del ClO2 con los antibióticos seleccionados y con los aminoácidos, que está de acuerdo con datos y reactividad del ClO2. Finalmente, se ha comprobado que cuando se aplica el ClO2 como pretratamiento a la cloración su uso es efectivo para la reducción de THMs para estos tipos de compuestos. Finalmente, se ha evaluado la eficacia de desinfección de un sistema fotocatalítico basado en fibras de TiO2 para la descontaminación de aguas contaminadas con microorganismos resistentes a la cloración (Cryptosporidium Parvum y Giardia Lamblia, Capítulo 8). Los resultados obtenidos demuestran que el sistema UV/TiO2 es eficaz para conseguir la descontaminación completa de estos protozoos trabajando en condiciones reales de tratamiento. El cloro desempeña un papel sinérgico en el sistema reduciendo considerablemente los tiempos de exposición necesarios para llevar a cabo una desinfección efectiva.