Caracterización y optimización del ahijado del arroz en el Delta del Ebro El ahijado del arroz es una fase clave para el rendimiento del cultivo, pues a través de ella se determinará la densidad de panículas, uno de los componentes del rendimiento con más influencia sobre la productividad. Sin embargo, se conocen pocos estudios sobre la caracterización de esta fase en cultivo del arroz en siembra directa y en condiciones ambientales correspondientes al clima mediterráneo, como es el caso del Delta del Ebro. A partir del cuarto estadio foliar, empieza el ahijado del arroz mediante el desarrollo y crecimiento de los tallos, hasta alcanzar la fase de máximo ahijado, que es el momento en el que se consigue la densidad máxima de tallos en planta y en superficie. Desde este momento, tienen lugar procesos de senescencia de tallos hasta que finalmente queda definido el número final de tallos productivos y consecuentemente, los que desarrollarán panícula. El balance final se evalúa a través de la eficiencia del ahijado, que es la relación entre el número máximo de tallos desarrollados y el número final de panículas. La competencia intraespecífica por los recursos como la luz, agua y nutrientes así como el estado de la planta determinan la mortalidad de los tallos. De forma general, los tallos tardíos son los que menores tasas de supervivencia presentan, por haber dispuesto de menos tiempo para su desarrollo y, en consecuencia, por ser competitivamente inferiores respecto los más precoces. Esta competencia intraespecífica establecida en el cultivo podría limitar el potencial productivo del arroz. Teniendo en cuenta este comportamiento general, se estableció como objetivo general de la presente Tesis la limitación del desarrollo del ahijamiento tardío y el estímulo del prematuro, a través de prácticas agronómicas, para así poder mejorar la productividad del cultivo del arroz. El estudio se fundamentó en dos líneas de investigación a partir de las cuales se definieron los diferentes experimentos. La primera de ellas consistió en la caracterización del ahijado en siembra directa y en condiciones de clima mediterráneo, así como en el estudio de su comportamiento en diferentes prácticas de cultivo: fertilización nitrogenada, densidad de planta y manejo de agua. También se consideró la influencia del genotipo en el ahijamiento. Para ello, se llevaron a cabo dos experimentos desde 2007 hasta 2009. En el primero de ellos, se estudiaron los factores dosis de siembra y variedad; en el segundo, los factores manejo de agua, fertilización nitrogenada y dosis de siembra. En la segunda línea de investigación se pretendía la introducción de una técnica de cultivo que permitiera intervenir en el proceso para conseguir mejorar la eficiencia del ahijamiento y del rendimiento del cultivo. Se desarrolló un único experimento de dos años de duración (2008-2009) en el que se compararon, bajo dos dosis de siembra, diferentes técnicas de manejo de agua que permitieran la interrupción del ahijamiento. En cuanto a la dosis de siembra, se consideró un rango de dosis entre los 60 y 320 Kg. semilla x ha-1. El ahijado otorga tal plasticidad al cultivo que permite una gran estabilidad en la densidad de panículas en amplios rangos de dosis de siembra y con pocas diferencias en el rendimiento. A partir de dosis de siembra de 80 Kg. Semilla x ha-1 o 100 plantas x m-2 no hay respuesta en el rendimiento y no se encontró una densidad de planta óptima. El riego intermitente superficial así como una aportación precoz del abonado nitrogenado de cobertera en el ahijado estimulan el ahijado precoz contribuyendo a un mayor desarrollo vegetativo de la planta. Este estímulo se puede traducir en una mayor producción de tallos y en el subsiguiente aumento del potencial productivo del cultivo gracias a la relación positiva entre la densidad máxima de tallos y de panículas. Sin embargo, esta mejora no siempre tiene lugar debido a las relaciones compensatorias establecidas en el cultivo a partir de la fase de máximo ahijado. Entre los diferentes efectos compensatorios, el más relevante es la mortalidad de los tallos. La mayor densidad de tallos conseguida mediante el estímulo del ahijado provoca una mayor senescencia de éstos a causa del mayor grado de competencia intraespecífica establecida, siendo el resultado final una leve o nula superioridad en la densidad de panículas. El control del ahijado consiste en su interrupción en el momento a partir del cual se estima que tendrá lugar el ahijado improductivo. La técnica para conseguir el cese del ahijamiento consiste en un aumento de la profundidad de la lámina de agua. Cuando se interrumpe el ahijamiento, se reduce el número máximo de tallos por lo que el grado de competencia por los recursos entre los tallos se reduce y disminuye, consecuentemente, la mortalidad de los tallos. Esta reducción permite superar la densidad final de panículas de las parcelas en las que no se interviene en el ahijamiento, aun partiendo de una densidad de tallos inferior. Finalmente, el mayor número de panículas por unidad de superficie repercute de forma directa en el rendimiento del cultivo.