El sector acuícola es una de las actividades industriales con más demanda de harinas y aceites de pescado. Sin embargo, debido al estancamiento de las pesquerías a nivel mundial, la actividad piscícola no puede estar basada únicamente en las reservas finitas de pescado. Por tanto, la sustitución de harinas y aceites de pescado por fuentes alternativas de materias primas resulta ineludible. Para abordar esta problemática, se analizó el efecto de dietas basadas en una sustitución conjunta de proteínas y aceites de pescado por ingredientes vegetales sobre el crecimiento y el perfil de ácidos grasos de doradas (Sparus aurata). El diseño de las dietas se realizó sustituyendo el aceite de pescado por una mezcla de aceites vegetales (17:58:25 de colza:linaza:palma) en un 0% (FO), 33% (33VO), 66% (66VO), 100% (VO). Todas las dietas se formularon con alta proporción de proteínas vegetales y se suplementaron con 1% de lecitina de soja y 0,55% de L-lisina. No se encontraron diferencias en el crecimiento de los animales alimentados con las dietas FO, 33VO y 66VO. Sin embargo, los peces alimentados con la dieta VO mostraron un leve pero significativo descenso de la biomasa y una menor ingesta del alimento. La dieta VO produjo una reducción en los niveles circulantes de somatomedina (IGF-I) y en la expresión de IGF a nivel hepático y muscular. Los niveles más altos de IGF-I se encontraron en los peces alimentados con la dieta 33VO, mientras que los alimentados con las dietas FO y 66VO mostraron valores intermedios. La tendencia de los niveles circulantes de hormona del crecimiento (GH) fue opuesta a la de la IGF-I, posiblemente como resultado de la retroalimentación negativa. En los peces alimentados con las dietas FO y 66VO, se observó una regulación compensatoria entre los componentes del eje somatotrópico, mediada a nivel local por la IGF-II y el receptor de la GH tipo II. En cuanto a los parámetros histopatológicos, la dieta no alteró la integridad del tejido intestinal en ninguno de los grupos experimentales y sólo se observaron signos de esteatosis hepática leve en los peces alimentados con la dieta VO. El perfil de ácidos grasos de los lípidos totales del músculo varió, reflejando la composición de la dieta, y se mantuvo estable con independencia de la estación. La sustitución del aceite de pescado produjo un aumento de 18:2n-6, 18:3n-3 y 18:1n-9 junto con una reducción de 20:5n-3 y 22:6n- 3. Sin embargo, el perfil de ácidos grasos de los fosfolípidos fue más constante entre los grupos experimentales y sólo se encontraron cambios significativos en el perfil de los peces alimentados con la dieta VO, posiblemente debido a unos niveles insuficientes de ácidos grasos esenciales en la misma. La robustez de los distintos patrones tisulares de ácidos grasos se examinó en músculo, hígado, tejido adiposo mesentérico y cerebro de peces alimentados con las dietas FO y 66VO. El perfil de ácidos grasos de los fosfolípidos fue característico del tejido analizado y se mantuvo prácticamente invariable frente al efecto de la dieta. El perfil de ácidos grasos del cerebro fue el más conservativo y no se vio alterado por la dieta, pudiendo indicar indirectamente que las funciones neurológicas no se vieron afectadas. Con el fin de revertir el perfil de ácidos grasos del filete de los peces alimentados con las dietas 33VO y 66VO a uno más próximo al de peces alimentados permanentemente con aceites marinos, durante la última fase de producción se utilizó la dieta FO como finalizadora. Los cambios originados en el perfil de ácidos grasos del filete se produjeron como resultado de un proceso de dilución, dependiendo expresamente de la cantidad absoluta de los distintos ácidos grasos ingeridos durante todo su ciclo de producción. Como conclusión general, es posible la sustitución del 66% del aceite de pescado por aceites vegetales en piensos basados en proteínas vegetales sin afectar al crecimiento de la dorada. Aún así, hay otros factores que deben tenerse en consideración como la calidad sensorial, seguridad alimentaria, salud y bienestar animal.