Las interacciones bióticas y abióticas entre el río y la zona de ribera determinan procesos hidrológicos relevantes del balance hídrico y ejercen control de los tipos de vegetación característicos del corredor de ribera y laderas aledañas; las plantas responden y se adaptan a las condiciones del medio y, a su vez, controlan el ciclo hidrológico de estos ecosistemas. En las regiones semiáridas, la disponibilidad hídrica ejerce uno de los principales controles para el crecimiento y desarrollo de la vegetación, pues en el continuo suelo-planta-atmósfera son fundamentales la fluctuación de los contenidos de humedad del suelo y la profundidad del sistema de raíces; en estas condiciones, la cercanía con el río genera un gradiente de humedad que determina con mucha claridad el límite entre la ribera de vegetación exuberante y la ladera semiárida colindante. Para enfatizar dichas condiciones y procesos ecohidrológicos, se ha diseñado y aplicado un modelo matemático de la interacción entre la vegetación de ribera y el régimen hídrico del río, denominado Modelo de agua y vegetación de ribera RibAV, que recoge los principales avances de modelación del ecosistema a nivel mundial y que enriquece su conceptualización con base en la experiencia de campo. Esta herramienta tecnológica es de utilidad para determinar el crecimiento y respuestas de la vegetación ante condiciones variables de disponibilidad de agua de las zonas saturada y no saturada, proveniente de un balance hídrico diario controlado por el régimen del río y por los mecanismos diferenciados de adaptación al medio de los diversos tipos de vegetación presentes. En el modelo, el régimen hídrico del río determina las fluctuaciones del nivel freático en la zona de ribera mediante una aproximación simple. La hidrología de la zona se modela mediante un balance hídrico conceptual que incluye el almacenamiento estático del suelo y los principales movimientos de agua de la ribera (lluvia, evapotranspiración, excedentes y ascenso capilar desde el nivel freático) a los que se ha añadido el del ascenso hidráulico radicular de las plantas como innovación de los modelos a escala de ribera. Se aplicó la clasificación de la vegetación por tipos funcionales propuesta para riberas semiáridas, fortaleciendo el análisis mediante ordenación taxonómica vegetal. A partir de esta zonificación se establecieron los parámetros biofísicos característicos de la zona a modelar: bosques de ribera poco perturbados y bosques secos caducifolios de las laderas aledañas del Valle semiárido del Motagua, Guatemala. La implementación del modelo RibAV ha permitido evaluar las respuestas de los tipos de vegetación frente al régimen hídrico permanente de dos tramos de río provenientes de la Reserva de Biosfera Sierra de las Minas (Teculután y Uyús), cuya hidrología a escala de cuenca se determinó con modelación hidrológica distribuida. El modelo genera las tasas de evapotranspiración de los distintos tipos de vegetación a partir de mecanismos diferenciados de respuesta y adaptación a la disponibilidad de agua del medio saturado y del almacenamiento estático; mediante la comparación de los valores respectivos se establece una escala categórica de los índices de evapotranspiración ETindex del RibAV para predecir la ausencia / presencia de los tipos de vegetación de ribera. El modelo se calibró, validó y evaluó utilizando uno de los índices de mayor reconocimiento en la comunidad científica de la ecología vegetal (índice Kappa) para establecer la eficiencia de la predicción de la distribución de las plantas. De esta manera se comprobó la notable eficiencia de RibAV para zonificar los tipos de vegetación de ribera y establecer el límite entre dicha zona y la ladera aledaña; a su vez, se demostró la solidez del ETindex frente a otros índices utilizados para clasificar comunidades vegetales en ambientes semiáridos y de ribera.