Análisis de buenas prácticas sobre economía circular en la industria textil en las comarcas de La Vall d' Albaida, el Comtat y L' Alcoià

Abstract

La ONU calcula que para mediados de siglo la población mundial rondará los 9.100 millones de personas. "Con las cifras de población estimadas para 2050, harían falta casi tres planetas Tierra para proporcionar los recursos naturales necesarios para mantener los modos de vida actuales", apunta el borrador de la Estrategia Española de Economía Circular.

Si se sigue aplicando el modelo económico lineal: extraer recursos naturales, procesarlos, fabricar productos y generar desperdicios, el cual ha sido el patrón de actuación sobre el que se ha construido el desarrollo económico mundial de los últimos siglos, la situación podría llegar a ser insostenible.

Pero si queremos que el planeta no colapse hace falta pensar en modelos alternativos. El planteamiento de la economía circular es conceptualmente sencillo: lograr que los productos y recursos mantengan su utilidad. Eso se consigue trabajando con materiales biodegradables, de manera que los productos puedan enriquecer el medio ambiente cuando se prescinda de ellos, y alargando su vida útil a cotas mucho más altas de las actuales.

En cuando a la industria textil, la cual es altamente contaminante, el consumo se ha incrementado en las últimas décadas y por lo tanto también los residuos generados, ya que el porcentaje de productos confeccionados que se recicla a nivel mundial solamente llega al 20%, mientras que el restante 80% es depositado en vertederos e incineradoras

Cambiar la forma en la que producimos, usamos y desechamos el material textil contribuiría a reducir el consumo de agua, los residuos generados, y las emisiones de GEIs.