Resumen:
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[ES] El lugar en el que se implanta el proyecto establece relaciones complejas con su entorno al tratarse de un espacio de transición entre la trama urbana del barrio del Grau, al sur, y el tejido del barrio del ...[+]
[ES] El lugar en el que se implanta el proyecto establece relaciones complejas con su entorno al tratarse de un espacio de transición entre la trama urbana del barrio del Grau, al sur, y el tejido del barrio del Cabanyal-Canyamelar, al norte. Contrasta su ubicación en un enclave privilegiado ¿ cercano a las Atarazanas Reales o los Tinglados del puerto ¿ con la obsolescencia y el abandono de la actividad en su entorno cercano. Estas realidades urbanas junto a la existencia de una base social fuerte se presentan como condiciones más que adecuadas para introducir una cooperativa de viviendas en cesión de uso como alternativa al modelo habitacional tradicional.
Este modelo busca, entre otras cuestiones, arraigarse en el lugar en el que se sitúa a través de la comprensión del contexto y las realidades sociales que lo conforman. Por ello, este proyecto se plantea como uno de sus objetivos principales la recuperación de la actividad en el plano de la calle y de la vitalidad que una vez caracterizó esa zona. Esto se traduce en una estrategia urbana a escala de barrio que aborda la problemática de los locales ahora cerrados, prolonga un paseo peatonal verde ¿ entre el teatro el Musical y la Avenida del Puerto ¿, ocupa con distintas actividades temporales determinados solares vacíos a lo largo de ese recorrido y genera conexiones transversales en la trama longitudinal.
La disposición de la propia cooperativa atiende a esta estrategia de barrio colaborando en la ordenación de un espacio público castigado y descontextualizado. Así, se plantea como corazón de la cooperativa una plaza o jardín abierto rodeado por edificación de carácter híbrido. Un recinto apartado del flujo principal cuyo perímetro construido permite resolver la tensa relación con el Instituto el Grau, al este, y con la estrecha calle Vicente Brull, al oeste. Este espacio central queda compensado por una serie de volúmenes que, por un lado, resuelven las medianeras al norte generando un espacio doméstico con vivienda en planta baja y por otro, abrazan la antigua casa de los Señores Trenor al sur, incluyéndola en la intervención y devolviendo su uso a las personas.
Para garantizar este arraigo y sentimiento de comunidad, el modelo cooperativo y este proyecto en particular cuenta con la inclusión de la diversidad como pilar fundamental. De este modo, la edificación híbrida cuenta con varios usos como locales comerciales, salas polivalentes o un centro de día, fomentando la relación entre el barrio y sus habitantes. Dentro de la propia cooperativa, esta diversidad se traduce en una reflexión continua en torno a los modos de habitar de las personas. La perspectiva de género, la accesibilidad y la facilidad para apropiarse de los espacios son así principios que rigen las viviendas y los espacios que aquí se proponen.
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