Resumen:
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[EN] We live in an age of technological. Humans have changed their lifestyle and the way it relates to the environment in recent decades. The new technological devices around us and invade wherever they go, and have become ...[+]
[EN] We live in an age of technological. Humans have changed their lifestyle and the way it relates to the environment in recent decades. The new technological devices around us and invade wherever they go, and have become “indispensable” to show global society; to the point of becoming extension of our bodies, and we might even say that in "prosthesis" of them. The boundaries between the human and the environment have begun to blur a terrible speed and to inconceivable limits. The real and the virtual are confused. The borders are gone and this has been directly observed in art and new productions. And the twenty-first century can be considered the time of hybridization, both conceptually, defining identity, and at the level of formalization, and more specifically, in recent artistic expressions. This text will try to make a conceptual and visual review of some of the artistic productions of our time, in which these items are.
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[ES] Vivimos en la era de lo tecnológico. El ser humano ha cambiado sus hábitos de vida y el modo en el que se relaciona con el entorno en las últimas décadas. Los nuevos aparatos tecnológicos nos rodean e invaden por donde ...[+]
[ES] Vivimos en la era de lo tecnológico. El ser humano ha cambiado sus hábitos de vida y el modo en el que se relaciona con el entorno en las últimas décadas. Los nuevos aparatos tecnológicos nos rodean e invaden por donde quiera que vamos, y se han vuelto “indispensables” en muestra sociedad global; hasta el punto de convertirse en extensión de nuestros cuerpos, e incluso podríamos decir, que en “prótesis” de los mismos. Los límites entre lo humano y el entorno se han empezado a desdibujar a una velocidad atroz y hasta límites inconcebibles. Lo real y lo virtual se confunden. Las fronteras se han esfumado y esto se ha observado directamente en el arte y en sus nuevas producciones. Y es que el siglo XXI se puede considerar la época de la hibridación, tanto a nivel conceptual, de definición identitaria, como a nivel de formalización, y más concretamente, en las recientes manifestaciones artísticas. La fotografía y el cine abrieron la veda a nuevas posibilidades el pasado centenario, e Internet y la utilización de los nuevos medios informáticos lo han empezado a explotar llegando a extremos inconcebibles. Muchos artistas de nuestro tiempo investigan y reflexionan sobre esta cuestión, llegando a confundir ese límite entre lo real y lo ficticio, y en correlación, con lo virtual. El simulacro se explota al extremo y el espectador es inundado por la duda de lo que es veraz y de lo que es fingido. Los híbridos de artistas consagrados como Matthew Barney, Patricia Piccinini, Joan Fontcuberta, los ciborgs de Marina Núñez, Stelarc y Daniel Canogar, las esculturas hiperrealistas de Choi Xoang y Ron Mueck, las performances de Orlan…, entre otros; y las producciones de jóvenes creadores como María Castellanos, Ricardo O´Nascimento, Estela de Frutos…; serán citados para hacer un pequeño recorrido sobre esta cuestión
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