Resumen:
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[EN] Through art history, the kaleidoscopic image has had a very strong presence at the numerous configurations at the decorative arts of different periods and cultures, considering the garden’s compositive structure as ...[+]
[EN] Through art history, the kaleidoscopic image has had a very strong presence at the numerous configurations at the decorative arts of different periods and cultures, considering the garden’s compositive structure as one of the oldest heterotopias, according to Foucault. The kaleidoscopic image reiterates the same motif, composing itself in the manner of a meta-image, which is created from a whole consisting on an identical pattern conjunction. The observer, in front of its image, does not know which one is the original fragment –or reflection– and which are the copies. Its opening is virtual, so it works as a fragmented reality that incorporates fiction as a “crystallization” way, an encounter act; as Borges, Cortázar or Jung, among others, alluded to it refering to the action of look through the kaleidoscope. This kind of images are situated in an intermediate location, generating a point of confluence –whether formal or conceptual– between different phases or spaces. In this way, it has been referred to this image as the link between the microcosm and the macrocosm or the archetypal representation of the collective unconscious.
After a brief historical contextualization, this communication presents a reflection on this image’s condition, which has symbolized and allowed the transit between the real and the virtual. This is evidenced by the results of my own artistic practice as research methodology, which makes way to new issues and interrelations to investigate from the theoretical field and in the other sense: by a thought developed from creation.
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[ES] A lo largo de la historia del arte la imagen de carácter caleidoscópico ha tenido una gran presencia en las múltiples configuraciones del arte decorativo de diferentes épocas y culturas, considerándose la estructura ...[+]
[ES] A lo largo de la historia del arte la imagen de carácter caleidoscópico ha tenido una gran presencia en las múltiples configuraciones del arte decorativo de diferentes épocas y culturas, considerándose la estructura compositiva del jardín como una de las heterotopías más antiguas, según Foucault. La imagen caleidoscópica se contiene a sí misma al reiterar el mismo motivo, componiendo así a la manera de metaimagen, creada a partir de un todo, de la conjunción en una trama de idénticos. Ante su imagen el espectador no sabe cuál es el fragmento -o reflejo- original y cuáles las copias. Su apertura es virtual, por lo que funciona a la manera de una realidad fragmentada que incorpora lo ficticio en una suerte de "cristalización", de encuentro, tal como aludirían a ello Borges, Cortázar o Jung, entre otros, al referir al acto de mirar a través del caleidoscopio. Debido a su condición especular, en este artefacto ilusionista todo espacio es ficticio, toda estructura imaginaria: su posibilidad de infinito se sostiene entre las manos. Este tipo de imágenes se encuentran en situación de emplazar un lugar intermedio, generando un punto de confluencia -ya sea formal o conceptual‑ entre diferentes planos o espacios. Así, se ha referido a esta imagen como vínculo existente entre el microcosmos y el macrocosmos o como la representación arquetípica del inconsciente colectivo.Tras una breve contextualización histórica, esta comunicación plantea una reflexión acerca de la propia condición de esta imagen, que se sitúa en la posición de haber simbolizado y permitido el tránsito entre lo real y lo virtual. Ello se evidencia a través de los resultados de mi propia producción artística como vía de investigación, la cual abre paso a nuevas cuestiones e interrelaciones a investigar en el ámbito teórico y viceversa: mediante un cuestionamiento desarrollado desde la creación.
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