Temporalidad y permanencia en el centro de Xixona. Proyecto de regeneración urbana del casco antiguo.

Abstract

[ES] El centro histórico de Xixona sufrió una importante expansión durante los siglos XIX y principios del XX, gracias a su gran capacidad productiva en torno al helado, el turrón y los cultivos de secano. Sin embargo, la introducción hacia mediados del siglo XX de nuevos sectores industriales y la necesidad de actualización de su parque tecnológico, supuso el paso de un conjunto funcional híbrido -en el que vivienda e industria se entrelazaban- a la especialización de sus partes en órganos independientes. Pese a que el traslado de la industria local -anteriormente ubicada en el interior del casco histórico- hacia la periferia repercutió en una notable mejora en la eficiencia logística, el modelo de ciudad funcional y las estrategias de zonificación implicaron la especialización y aislamiento de los tejidos entre sí.

Por ello, la realidad de Xixona hoy es la de una ciudad collage de partes autónomas. El casco antiguo, al haber perdido su simbiosis con los motores industriales, se encuentra muy deteriorado y abandonado. A este conjunto de condicionantes ha de sumarse, además, el carácter temporal de la industria turronera. La intermitencia y brusquedad de la actividad laboral que ofrece niega la posibilidad de consolidación de una población estable a su alrededor. En este contexto, ¿qué plan de regeneración urbana parece viable?

Las estrategias de hibridación y de superposición de redes compensan la especialización de las partes de la ciudad y se presentan como un camino lógico para afrontar la problemática de Xixona. Entre ellas, en este trabajo se apuesta por las maniobras de relocalización industrial que, si bien es cierto que a menudo remiten a una escala global, son replicables a escala territorial. Al evaluar las funciones de las piezas industriales, es posible identificar partes que no necesariamente han de estar integradas en ese tejido. Por tanto, es posible disociar parte de los componentes para posteriormente reintegrarlos en otra trama urbana. Como consecuencia, el tejido previamente especializado - en nuestro caso, como residencial- comienza un proceso de hibridación y de regeneración interna.

Para el objetivo principal de activación de Xixona durante todo el año, se recurre a dos objetivos concretos. Desde lo económico y lo productivo, se dota a la industria local de una serie de usos complementarios que la fortalece, para que sea capaz de estar en funcionamiento durante todo el año y, consecuentemente, ofrecer empleo estable para sus trabajadores. Desde lo social, se propone la generación de espacios de relación para sus vecinos, los escenarios en los que la vida coge forma; entendiéndolos como los catalizadores en la creación de vínculos entre habitantes.

La elección de ubicar este proyecto en el interior del casco antiguo responde al criterio de actuar como epicentro y dinamizador de la regeneración urbana de una de las áreas más deterioradas en la actualidad. Este emplazamiento, además, es capaz de enlazarse con las propuestas de los compañeros que se ubican en la puerta del casco antiguo y en el Hort de Joanet. El resultado de estas tres intervenciones nodales puede proporcionar la consolidación de un eje continuo, un camino en la trama con tres puntos de desahogo y ligados a focos importantes de actividad.

Se propone la concreta intervención sobre la huella de las edificaciones en ruina a demoler y en el ámbito de la calle comprendida entre ellas. Este ámbito viario queda definido por el cruce de dos ejes. Más concretamente, en el nudo entre las calles Josep Hernández Mira y Mare de Déu de l¿Orito -un eje norte/sur de importancia comercial histórica- y el de la calle Les Parres con el carreró Enric Puyo García, como un eje este/oeste peatonal y escalonado.

El programa del trabajo se concreta en una pieza productiva, unos alojamientos temporales, un espacio de plaza y un pequeño comercio. La pieza productiva se comprende como un taller que es escuela de cocina, centro de investigación y un esp

[EN] The historic center of Xixona underwent a major expansion during the nineteenth and early twentieth centuries, thanks to its great productive capacity around ice cream, nougat and rainfed crops. However, the introduction of new industrial sectors around the middle of the 20th century and the need to update its technological park, meant the transition from a hybrid functional complex -in which housing and industry were intertwined- to the specialization of its parts into independent bodies. Although the relocation of local industry -previously located inside the historic center- to the periphery led to a significant improvement in logistical efficiency, the functional city model and zoning strategies implied the specialization and isolation of the different fabrics from each other.

As a result, the reality of Xixona today is that of a collage city of autonomous parts. The old town, having lost its symbiosis with the industrial engines, is very deteriorated and abandoned. To this set of conditioning factors, it must be added the temporary nature of the nougat industry. The intermittence and suddenness of the work activity it offers, denies the possibility of consolidating a stable population around it. In this context, what urban regeneration plan seems viable?

The strategies of hybridization and overlapping networks compensate for the specialization of the parts of the city and are presented as a logical way to address the problems of Xixona. Among them, this paper bets on industrial relocation maneuvers that, although they often refer to a global scale, are replicable at a territorial scale. By evaluating the functions of industrial parts, it is possible to identify parts that do not necessarily have to be integrated into this fabric. It is therefore possible to dissociate part of the components and then reintegrate them into another urban fabric. As a consequence, the previously specialized fabric -in our case, as residential- begins a process of hybridization and internal regeneration.

For the main objective of activating Xixona throughout the year, two specific objectives are used. From the economic and productive point of view, the local industry is provided with a series of complementary uses that strengthen it, so that it is able to be in operation throughout the year and, consequently, offer stable employment for its workers. From the social point of view, it is proposed to generate relationship spaces for its neighbors, the scenarios in which life takes shape; understanding them as catalysts in the creation of links between inhabitants.

The choice of locating this project inside the old town responds to the criteria of acting as an epicenter and dynamizer of the urban regeneration of one of the most deteriorated areas at present. This location, moreover, is capable of linking with the proposals of the companions located at the gateway to the old town and in the Hort de Joanet. The result of these three nodal interventions can provide the consolidation of a continuous axis, a path in the plot with three points of relief and linked to important centers of activity.

The specific intervention is proposed on the footprint of the ruined buildings to be demolished and in the area of the street between them. This road area is defined by the crossing of two axes. More specifically, at the junction between Josep Hernández Mira and Mare de Déu de l'Orito streets -a north/south axis of historical commercial importance- and Les Parres street with Enric Puyo García street, as an east/west pedestrian and staggered axis.

The program of the work is specified in a productive piece, some temporary accommodation, a square space and a small store. The productive piece is understood as a workshop that is a cooking school, a research center and a space for the interpretation of the agrarian environment depending on the time of the year. The temporary dwellings are conceived as spaces where the users of the production cen