Resumen:
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La Directiva Marco del Agua de la UE (DMA, WFD) (2000/60/CE) establece el marco
comunitario para la protección de las aguas superficiales continentales, de transición, costeras
y subterráneas, para prevenir o reducir su ...[+]
La Directiva Marco del Agua de la UE (DMA, WFD) (2000/60/CE) establece el marco
comunitario para la protección de las aguas superficiales continentales, de transición, costeras
y subterráneas, para prevenir o reducir su contaminación, promover su uso sostenible, proteger
el medio ambiente, mejorar el estado de los ecosistemas acuáticos y atenuar los efectos de las
inundaciones y las sequías. Esta directiva surge de la necesidad, dentro de la Unión Europea,
de tomar medidas para proteger las aguas tanto en cantidad como en calidad y garantizar que
todas las masas de agua alcancen el estado ecológico ¿Good¿ en el año 2015 (Heiskanen,
2004). Los trabajos han comenzado con la identificación y caracterización de los cuerpos de
agua y la intercalibración entre los estados miembros.
El área de trabajo de ¿estado ecológico¿, incluido en la DMA, es el encargado de realizar una
clasificación ecológica de los cuerpos de agua y establece unos parámetros indicadores en
base a su relación con los elementos de calidad biológica/química de las aguas. Estos son
utilizados para la clasificación de las áreas a estudiar y para la toma de decisiones políticas. El
parámetro indicador propuesto por este área de trabajo es la clorofila a, que se utiliza como
indicador de la biomasa fitoplanctónica.
Sin embargo, el problema real para caracterizar ecológicamente las zonas costeras con y sin
influencia continental mediante el análisis de los valores de la clorofila, es saber si el sistema
es capaz de asumir las descargas continentales sin que se genere un proceso de eutrofia.
En los ecosistemas oceánicos la llegada de nutrientes depende básicamente de la circulación
vertical de las aguas, pero en los ecosistemas litorales son los aportes de origen continental los
que en muchos casos determinan el estado trófico del sistema, especialmente en las zonas
marinas más oligotróficas como el mar Mediterráneo (Moutin et al., 1998).
Como cada ecosistema es único, se necesita un buen conocimiento de cada área para poder
aplicar herramientas efectivas de mejora del estado ecológico. De hecho, y como apuntan
Glibert et al (2006), para mejorar el estado trófico de un ecosistema litoral, necesitamos
determinar cuales son los factores que dan lugar a los procesos de eutrofia. Sin embargo,
también es interesante y necesario investigar la posible existencia de procesos de eutrofia
naturales, ya que entonces, para mejorar el estado trófico, serían necesarias más herramientas
de gestión y no sólo una disminución de los vertidos de nutrientes.
El fitoplancton constituye la base de las cadenas tróficas pelágicas, y por lo tanto cualquier
cambio cuantitativo o cualitativo puede afectar la dinámica de los niveles tróficos superiores
(por ejemplo zooplancton) debido a la variabilidad en su biomasa y producción (Shiah et al.,
1996). La luz, la temperatura, la disponibilidad de nutrientes y el consumo herbívoro son los
cuatro factores más importantes que regulan la producción y la biomasa del fitoplancton. De
estos cuatro factores, el elemento que normalmente condiciona la producción primaria del
fitoplancton es la disponibilidad de las ¿sales nutritivas¿ (compuestos de nitrógeno, fósforo,
silicio). Sin embargo, el factor que limita el crecimiento del fitoplancton varía dependiendo de la
zona de estudio e incluso en la misma zona en función de las condiciones ambientales que en
ella se den (Davies, 2004). De hecho, la determinación de cuales son los nutrientes que causan
el problema es crítica. En algunos casos esto puede conocerse con una garantía suficiente,
pero en otros es necesario realizar un estudio detallado. Es importante entender la relación
entre las cargas de nutrientes y las respuestas ecológicas. Sin embargo, como se apunta en
EPA (2001), muchas veces es difícil distinguir entre la variabilidad natural de un ecosistema
respecto a la productividad primaria y la inducida por factores antropogénicos, especialmente el
enriquecimiento de nutrientes, que a menudo es una consecuencia de la variabilidad en los
procesos físicos. Ésta no es una tarea sencilla, y algunos modelos (Cloern, 2001) sugieren que
el sistema modula los estresores de manera que un único estresor no produce necesariamente
una única respuesta. Los modelos conceptuales pueden ayudarnos a determinar las relaciones
causa-efecto, y como tales son una valiosa herramienta para la gestión de la calidad del agua. Abstract: The Water Framework Directive (2000/60/EC) creates a new legislative framework to manage,
use, protect, and restore surface water and groundwater resources within the river basins (river
catchments) and in the transitional (lagoons and estuaries) and coastal waters in the European
Union. One of the main environmental objectives of the WFD (i.e. the good ecological quality of
natural water bodies and good ecological potential of heavily modified and artificial water
bodies) should be reached in 2015 (Heiskanen, 2004). Works have been started with water
body identification and characterization, and Members States intercalibration.
The ¿Ecological status¿ working group, included in WFD, is in charge of carry out a water body
ecological classification and establishes an indicator parameters related to biological-chemical
quality elements. Ecological indicator parameters are used in order to classify study areas and
political decision-making. The indicator parameters proposed by this working group is the
chlorophyll a that is used like phytoplankton biomass indicator.
However, the problem to characterize ecologically coastal areas, with and without continental
influence, through chlorophyll a values analysis, is to know if the system is capable to assume
continental discharges without producing eutrophic process.
In marine ecosystems nutrients load depend on vertical water flow basically, but in coastal
ecosystems continental load are those which determine system trophic status, specially, in
oligotrophic marine areas such a Mediterranean Sea (Mounting et al., 1998).
Since each ecosystem is unique, a good knowledge of every area is needed in order to apply
effective tools to improve ecological status. As Glibert et al. (2006) says to improve the
ecological status of a coastal ecosystem it is needed to determine which the elements are
causing eutrophic process. However, it is also interesting and necessary to investigate possible
natural eutrophia process thus, to improve the ecological status, more management tools would
be required and not only a diminishing nutrients inputs.
Phytoplankton constitutes the base of the (pelagic) marine food webs and any qualitative or
quantitative changes may affect the dynamics of higher trophic levels (for example zooplankton)
due to the variability in their biomass and production (Shian et al., 1996).
Light, temperature, nutrient availability and herbivore grazing are the four main factors that
adjust primary production and phytoplankton biomass. Among these four factors, the one which
usually determine phytoplankton primary production is the ¿nutritive salts¿ availability (nitrogen,
phosphorus, silica compounds). However, limiting phytoplankton factor varies depend on the
study area, and even in the same area according to environmental conditions (Davis, 2004).
In fact, to determine which one of the nutrients cause the problem is critical. Sometimes it can
be well know but other times a detail study is needed. To know the relationship between nutrient
loads and ecological responses is very important. However, as it is said in EPA (2001), most of
the time is difficult to distinguish between natural ecosystems variability regarding to primary
production, to the variability lead to anthropogenic factors that is often a result of variability
physical process. This is not a simple task, and some models (Cloern, 2001) suggest that the
system modulate the stressors so one unique stressor does not generate one unique response,
necessarily. Conceptual models may help to determine cause-effect relation, thus they are a
valuable water quality management tools.
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