PALABRAS MAYORES - Cooperativa residencial El Dorado en Beniopa

Abstract

[ES] Nos encontramos en una época en la que los avances tecnológicos y científicos han conllevado, entre otras muchas cosas, a un aumento de la esperanza de vida. La fracción de la población perteneciente a la tercera edad es cada vez mayor y sus cualidades han evolucionado notablemente con el paso del tiempo: no solo vivimos más años, sino que lo hacemos de una manera más activa, con capacidad y ganas de seguir creciendo y disfrutando de nuevas experiencias. La manera de entender el envejecimiento como la última etapa de decadencia de la persona queda por tanto olvidada, y con ello nace la necesidad de reflexionar acerca de los espacios de alojamiento destinados a este grupo de personas, entendidos muchas veces como lugares de abandono. Por ello, nos planteamos realizar un proyecto residencial - asistencial en forma de cooperativa dirigido a esta nueva tercera edad en el que se tenga en cuenta la evolución de la sociedad dotando al usuario de la máxima dignidad posible mediante los espacios arquitectónicos.

El proyecto se ubica en el barrio de Beniopa, al Noroeste de la ciudad de Gandía, un barrio cuyo emplazamiento, características e incluso orígenes como foco de reproducción urbana lo han convertido en un pueblo dentro de otro pueblo. Localizamos en la zona norte del barrio, donde se genera el límite final de la extensión de Gandía, un copioso número de solares vacíos. Es probablemente esta zona una de las más interesantes para actuar dentro de Beniopa, pues se encuentra rodeada de un gran paisaje natural: a sus lados dos sierras, la de Santa Ana y La Banyosa, y entre ellas el paisaje típico de la tierra valenciana, la huerta. Se percibe aquí una oportunidad magnífica no solo para ubicar nuestro proyecto, sino también para dotar al barrio entero de un nuevo foco de actividad que aporte espacio público a la ciudad e incite a sus vecinos a la convivencia, proponiendo la urbanización de los solares, la peatonalización de las vías y la generación de nuevas calles y plazas. Así, dos volúmenes longitudinales en forma de L que funcionan como viviendas para los residentes, y otros dos edificios de diferente geometría destinados a albergar actividades públicas para todos los vecinos, articulan y diseñan diferentes espacios públicos. Estos espacios invitan a entrar, a quedarse y a traspasarlos, llegando a la línea que define las huertas, invitando a convivir con ellas, a la participación. Los edificios se mueven con la idea de generar entre ellos lugares de transición entre lo público y lo privado, comunes a la vida residencial y a la del barrio, creando una conexión de actividades.

La cooperativa brota de la idea de otorgar a las personas mayores un lugar en el que vivir previstos tanto de la ayuda profesional necesaria para aquellos que más lo necesiten, como de espacios de convivencia agradables, cómodos y compartidos con el resto de la población. El proyecto se distribuye de manera que dotemos a sus residentes de cierta privacidad, pero evitando a su vez aislarlos socialmente, uniendo los espacios abiertos del complejo con el cordón verde del límite y con los ejes rodados del pueblo, consiguiendo así la implantación del programa y su integración urbana y social.