Resumen:
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[ES] Habitar, disfrutar, compartir, intercambiar
Proyectar de dentro hacia afuera, sorprenderse y dejarse sorprender
Recorrer, fluir, dejarse llevar
Experimentar, aprender, mantener los orígenes
Un mercado de abastos ...[+]
[ES] Habitar, disfrutar, compartir, intercambiar
Proyectar de dentro hacia afuera, sorprenderse y dejarse sorprender
Recorrer, fluir, dejarse llevar
Experimentar, aprender, mantener los orígenes
Un mercado de abastos es una de las construcciones más públicas que hay, es común para todo el pueblo y en ella se producen el mayor número de intercambios, de dinero, de alimentos, de sonrisas, de charlas (insustanciales o no), de luz, de encuentros, de evolución¿ Los mercados, independientemente de cómo sean o de su valor arquitectónico, se convierten en un recinto que alberga mucha historia. Sin quererlo son un reflejo de nuestra cultura, de nuestra evolución, y de nuestra manera de vivir.
El objeto del proyecto busca hacer una conexión entre la memoria del mercado de Benimaclet y la realidad que observamos en el S XXI. El mercado de Benimaclet siempre ha sido el mercado de la plaza, un espacio público, de reunión, en el que pasaban muchas cosas y además se vendían alimentos y esa es la esencia que hay que mantener, pero en una realidad muy distinta a la que existía cuando apareció el mercado. Vivimos en un mundo en el que ya no sabemos el valor de las cosas ni cómo se hacen, realidad que se ve de una manera mucho más llamativa si la vemos en un barrio que, hasta hace no tanto, vivía del campo, y aún hoy, manifiesta el amor por la huerta.
Por un lado, no puedo olvidar que estoy creando un espacio público que deberá acomodar los diferentes sucesos que se desarrollan en el barrio, no puedo olvidar que no se trata únicamente de un mercado, sino en un lugar de reunión, un espacio de vida del barrio, al que se acude no sólo cuando se va a hacer la compra.
Por otro lado, pero no menos importante, la realidad del S XXI. Los mercados se encuentran en una clara crisis, los supermercados ofrecen una amplia gama de productos, fuera de temporada, y traído de otros países, ¿Naranjas de argentina?¿Patatas de Israel? Queremos obtener cualquier producto en cualquier época del año, y esto trae sus consecuencias, y la primera no es otra que la crisis de nuestro sistema económico.
Como conclusión a esto el mercado buscará trabajar en tres líneas: REcuperar, REeducar, REactivar.
REcuperar: Que el mercado en ningún momento deje de ser un lugar de reunión, de intercambio de vida, en el que no se vaya únicamente a comprar. A través de diferentes iniciativas, por ejemplo, con un restaurante ¿De la huerta a la mesa¿ poder pasear por los puestos, seleccionar los productos y que alguien los cocine para ti creando fantásticas recetas o aprender a cultivar la huerta durante una temporada para después hacer una degustación de lo que has hecho crecer con tus propias manos.
REeducar, enseñar, sobre todo a los niños, pero también a los no tan niños la realidad de lo que consumen, ¿Cómo y qué se cultiva en cada época del año? ¿Cuánto agua se emplea? ¿Cuánto cuesta producirlo y por tanto, a qué precio debería venderse? Aprender cómo cambia el paisaje con el paso de las estaciones, que productos se cultivan a su alrededor y cómo se cultivan¿
REactivar, mejorar la economía local, darle una oportunidad a aquellas personas que están dejando de cultivar el campo por la pérdida de la rentabilidad del mismo y devolver a Benimaclet una huerta, por la que sienten una gran admiración pero que inevitablemente están perdiendo cada día un poco más. Volver a consumir los llamados productos de kilómetro cero.
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