Glitch City_Distorsiones Urbanas

Abstract

[ES] Para los vecinos de extramuros, Ciutat Vella es punto de reunión donde celebrar actividades culturales, lúdicas, festivas, simbólicas tienen en este ámbito una sede casi natural y privilegiada. Para los turistas que vienen a visitarla, supone un paisaje previsto. Para las personas que viven fuera del distrito la recuperación de este es básicamente formal, escenográfica, sin embargo, para los vecinos que allí residen supone la prolongación de sus casas. Ciutat Vella es un barrio, singular pero en definitiva y por encima de todo un barrio, con una serie de connotaciones y relaciones distintas a las que se dan en lugares como los centros comerciales, los parques temáticos (histórico-medievales) o en los conjuntos museísticos.

Algunos de los barrios del distrito continuan siendo calificados como barrios marginales a día de hoy, todavía no ha cambiado esa visión negativa instaurada en los años 70 y 80 sobre los barrios del Carme, Velluters o Mercat, cuando en ellos no se daban los requisitos básicos de habitabilidad y donde se daban graves problemas de inseguridad. Es necesario superar esta visión y ser capaces de potenciar otras capacidades de la zona antes de seguir neutralizándo gran parte de su identidad.

Entre los principales problemas de Ciutat Vella destacan la proliferación de solares vacíos, el derribo de inmuebles en estado ruinoso, la masificación del tráfico, la saturación de locales de ocio nocturno, el progresivo aumento en el coste de los alquileres de viviendas y locales (gentrificación), la proliferación de actividades de economía sumergida, el incremento del índice de delincuencia y con ello la consecuente perdida de población además del cierre de comercios de forma indirecta.

Las asociaciones denuncian también la dispersión de las gestiones burocráticas del distrito en distintas oficinas de la Administración, en su opinión este hecho ha favorecido la falta de coordinación y aplicación de los planes, la escasa validez de los mismos y, en barrios como Velluters o El Carme, su incorrecta aplicación.

En lo que se refiere a equipamientos, la situación actual es muy mejorable. Respecto a los equipamientos docentes hay una desequilibrada proporción, en (primaria y secundaria) entre centros de enseñanza de gestión privada y los centros de gestión pública; por otro lado la situación de los centros de educación infantil es alarmante porque aunque la demanda de este tipo de plazas ha ido en aumento, el número de centros de educación infantil ha ido disminuyendo, tanto en el sector privado como en el público. Lo mismo ha ocurrido respecto a los centros de formación profesional, existe una gran necesidad de ofertar una mayor y más amplia presencia de este tipo de formación ya que, en entornos marginales con alta abstención escolar, es más sencillo potenciar el interés de los alumnos facilitándoles la opción del acceso a estudios de formación profesional, que dándoles únicamente la opción del bachillerato y los estudios universitarios.

Otro aspecto importante a tener en cuenta es el progresivo envejecimiento de la población de las ciudades; en Valencia el índice de población mayor de 65 años es del 17%. En Ciutat Vella dicho índice aumenta hasta el 23% de su población, seis puntos por encima del resto de la ciudad. Esto significa que casi una cuarta parte de la población del centro histórico reúne una serie de condiciones que requieren de una atención muy específica. Un centro de asistencia para una población de aproximadamente 25.000 habitantes donde un 23% de su población está por encima de los 65 años resulta escaso y más aún cuando dicho centro se ubica en el extremo Este del distrito.

Si analizamos los equipamientos sociales también encontramos la misma casuística, en una ciudad donde la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social se situa en el 31,7% resulta escaso el número de plazas de albergue o residencia (386) y