Resumen:
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[ES] Este trabajo se realizó a partir de las prácticas del Máster de Cooperación al Desarrollo (MCAD) de la Universidad Politécnica de Valencia, especialidad en Gestión de Proyectos, en la ONG Justicia Alimentaria Valencia. ...[+]
[ES] Este trabajo se realizó a partir de las prácticas del Máster de Cooperación al Desarrollo (MCAD) de la Universidad Politécnica de Valencia, especialidad en Gestión de Proyectos, en la ONG Justicia Alimentaria Valencia. Tuvieron una duración de 7 meses, comprendidos entre noviembre de 2020 y junio de 2021, marcados por la pandemia por Covid, en los cuales participó la autora de este trabajo en las actividades previstas dentro del proyecto `Biblioteques que alimenten¿.
El trabajo realizado durante las prácticas permitió desarrollar el Trabajo de Fin de Máster (TFM), el cual consistió en el análisis crítico de una intervención de desarrollo en el que se pretendía comprender la capacidad de las bibliotecas públicas como generadoras de capital social y de una ciudadanía crítica en torno a la soberanía alimentaria, a raíz del proyecto en cuestión. Asimismo, se indagó sobre los impactos del proyecto en las principales beneficiarias, las usuarias de las bibliotecas.
Para llevar a cabo este análisis, se realizaron 6 entrevistas semiestructuradas, cuya finalidad fue explorar las visiones del personal bibliotecario. Adicionalmente, se prepararon cuestionarios que se pasaron al acabar las actividades, que sirvieron como evidencia para indagar sobre el impacto de los talleres. Las entrevistas se analizaron bajo el enfoque de prácticas ciudadanas (convivencia, participación y autonomía), junto con el capital social, cruzados con elementos de la soberanía alimentaria (consumo responsable, hábitos alimentarios saludables y género en el sistema agroalimentario).
Tras el análisis de las evidencias se concluyó que, a pesar de que las bibliotecas se encuentran en un proceso de evolución hacia una biblioteca social, sigue persistiendo en el imaginario colectivo la idea de la biblioteca como almacén de libros. Se extrae que, efectivamente, las bibliotecas gozan de la confianza necesaria como para ser lugares a los que la gente puede acceder de forma universal, también gracias a la gratuidad de sus servicios. Sin embargo, no hay evidencias de que ocurran procesos de participación real en su seno. Así pues, esto supone una limitación para albergar procesos relacionados con la soberanía alimentaria, donde la cooperación es un punto clave. De igual manera, el formato online que se tuvo que adoptar por la pandemia también fue un factor que limitó la participación horizontal. En cuanto a la autonomía, promueven la educación en valores, favoreciendo la generación de capacidad crítica, como ha ocurrido a raíz del proyecto, donde las participantes afirmaban haber adquirido conciencia sobre los impactos del sistema agroalimentario y se proponían cambiar sus hábitos de consumo, así como identificar la necesidad de un cambio en las políticas alimentarias. De la misma forma, eran capaces de identificar más situaciones de desigualdad de género dentro del sistema agroalimentario. Alrededor de las bibliotecas pivotan diversas organizaciones, pero no con iniciativas locales que promuevan la SA.
Por todo ello, se recomienda que se potencien las prácticas de participación y de creación de redes, transversalizando la temática alimentaria. Se propone la generación de actividades que vayan dirigidas tanto al personal bibliotecario (que serán quienes promuevan las actividades) como a las usuarias.
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[EN] This work was carried out from the practices of the Master of Cooperation for Development (MCAD) of the Polytechnic University of Valencia, specializing in Project Management, in the NGO Justicia Alimentaria Valencia. ...[+]
[EN] This work was carried out from the practices of the Master of Cooperation for Development (MCAD) of the Polytechnic University of Valencia, specializing in Project Management, in the NGO Justicia Alimentaria Valencia. They lasted 7 months, between November 2020 and June 2021, marked by the Covid pandemic, in which the author of this work participated in the activities planned within the `Libraries that feed¿ project.
The work carried out during the internships allowed the development of the Final Master's Thesis (TFM), which consisted of the critical analysis of a development intervention in which it was intended to understand the capacity of public libraries as generators of social capital and a critical citizenship around food sovereignty, as a result of the project in question. Likewise, the impact of the project on the main beneficiaries, the library users, was investigated.
To carry out this analysis, 6 semi-structured interviews were conducted, the purpose of which was to explore the views of the library staff. Additionally, questionnaires were prepared and passed out at the end of the activities, which served as evidence to inquire about the impact of the workshops. The interviews were analyzed under the focus of citizen practices (coexistence, participation and autonomy), together with social capital, crossed with elements of food sovereignty (responsible consumption, healthy eating habits and gender in the agri-food system).
After analyzing the evidence, it was concluded that, despite the fact that libraries are in a process of evolution towards a social library, the idea of ¿¿the library as a storehouse of books continues to persist in the collective imagination. It is extracted that, indeed, libraries enjoy the necessary confidence to be places that people can access universally, also thanks to the free services. However, there is no evidence that processes of real participation occur within it. Thus, this represents a limitation to host processes related to food sovereignty, where cooperation is a key point. Similarly, the online format that had to be adopted due to the pandemic was also a factor that limited horizontal participation. Regarding autonomy, they promote education in values, favoring the generation of critical capacity, as has happened as a result of the project, where the participants affirmed that they had become aware of the impacts of the agri-food system and proposed to change their consumption habits, thus how to identify the need for a change in food policies. In the same way, they were able to identify more situations of gender inequality within the agri-food system. Various organizations revolve around libraries, but not with local initiatives that promote SA.
For all these reasons, it is recommended that participation and networking practices be strengthened, mainstreaming the food issue. The generation of activities is proposed that are directed both to the library staff (who will be the ones who promote the activities) and to the users.
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