Resumen:
|
[ES] Si hablamos de memoria colectiva no podemos establecernos en una convicción de estabilidad y solidez, al
contrario, debemos atender a la coexistencia de múltiples visiones pasadas que ayudan a redefinir constantemente ...[+]
[ES] Si hablamos de memoria colectiva no podemos establecernos en una convicción de estabilidad y solidez, al
contrario, debemos atender a la coexistencia de múltiples visiones pasadas que ayudan a redefinir constantemente la
identidad a partir de las necesidades del presente. La dialéctica que aquí encontramos entre lo novedoso y lo antiguo,
entre lo cotidiano y lo inaudito puede ser el lugar en el que la memoria colectiva puede tomar los hilos con los que
hilvanar un tejido que construya nuestras identidades sociales. Posibilitar el acceso a estos hilos, en plural, debe
suponer un impulso en el que basarnos para transformar el contexto sociocultural de una manera igualitaria.
Diferentes modos de hilar, o lo que es lo mismo, de crear continuidad conforme a las condiciones pasadas, las del
presente y los proyectos futuros; de tal modo, la identidad se reconocerá como un tejido flexible con un final incierto.
Es en la memoria histórica y colectiva, sin perjuicio de las memorias individuales y subjetivas donde se construye
espacios de libertad que restituyen dignidad y se cimientan proyecciones positivas de futuro.
En la actualidad, los procesos de hibridación en todas sus dimensiones se han hecho notorios. También desde
el arte, como manifestación que expande estos términos en parámetros de sensibilidad e imaginación social y que nos
ayuda a percibir el mundo en una dimensión total de sus posibilidades. En el presente texto mostraremos la
posibilidad de transformar acciones artísticas en procesos de facilitación y mediación social a partir de experiencias
concretas. Enmarcado en una época donde el espacio que practicamos se muestra como una serie de emplazamientos
que contienen estrategias, usos y connotaciones implícitos de una gran variedad. Empoderarnos de estas estrategias
desde el colectivo para transformar nuestro espacio cotidiano es una herramienta de enorme valor ligada a la
construcción de utopías positivas. La cultura es una herramienta que permite precisar este contenido social. Es un
elemento que configura el paisaje y juega un papel clave en la disposición contextual del espacio de nuestras
ciudades. El arte puede transformarse en un acontecimiento continuo que ofrezca una visión más de lo real, desde una
sensibilidad abierta a la condición infinita de las cosas. Aquello real que no agota las posibilidades de lo inexistente
[-]
|