Grupo Churruca: Regeneración de un grupo de viviendas sociales en cooperativa de viviendas en cesión de uso.

Abstract

[ES] Puerto de Sagunto, el núcleo costero de la histórica ciudad de Sagunto se constituye desde sus inicios a principios del siglo XX como una ciudad factoría, es decir, el crecimiento de la fábrica siderúrgica marca el devenir del propio muni-cipio. Surge así, desde sus inicios, la necesidad de dotar de una vivienda a una población desplazada y con escasos recursos económicos.El Grupo Churruca se proyecta a mitad de los años 50 como respuesta a la creciente necesidad habitacional que sufre el Puerto de Sagunto. Su construcción entre 1954 y 1956 se sitúa en el periodo franquista de la autarquía, hecho que marca el déficit en la calidad de algunos de los materiales. Además, se trata del grupo de viviendas franquista más gran-de del Puerto de Sagunto, ocupando casi cuatro hectáreas y media de extensión, y siendo de este modo uno de los grupos que más allá de la construcción de viviendas constituyen la creación de un nuevo barrio acorde con los principios del racionalismo. Está formado por dieciséis bloques lineales, cuatro de ellos curvos, siguiendo los Zeilen-Bau alemanes, creando así un espacio característico entre bloques con zo-nas ajardinadas. De este modo, se plantea adaptar el tema de cooperativa de viviendas en cesión de uso a un grupo de viviendas que se encuentra en avanzado estado de degradación, dinamizando de esta forma el parque inmobiliario existente y dándole solu- ción a los problemas de funcionamiento propios del paso del tiempo y el cambio de la sociedad que hoy lo habita.Uno de los retos es la inserción del barrio en el tejido consolidado, determinando como el barrio acaba por coserse con el tejido urbano a través de los vacíos perimetrales, entendidos como espacios de interés entorno al grupo.Se establece como principio básico de este proyecto la in-tegración social por lo que la cooperativa no pone barre-ras a ninguna clase social ni generacional, al contrario, pretende conseguir un ambiente de armonía e inclusión en el que todos sus habitantes vivan con igualdad, libertad y fraternidad en una vivienda digna. Las viviendas se adaptan a las necesidades de los cooperativistas por lo que se pre- tende que las viviendas sean flexibles, organizándose tanto en simples como en dúplex y dando capacidad para una o dos personas, una familia e incluso un grupo de personas que comparten los usos comunes. Así, se entiende que el siste-ma de organización en cooperativa realmente puede ayudar a dar solución a los problemas sociales actuales. Y le da la vuelta al carácter inicial con el que fueron concebidas las viviendas, ofreciendo distintos grados de relaciones colectivas que se traducen en un programa que busca ofrecer distintas formas de vivir. Para ello se proponen cuatro es-calas de actuación que pretenden tejer la cooperativa y el lugar: la de la calle, la de plaza, la del umbral y la del edificio, diferenciando así las diferentes relaciones entre unos espacios y otros. Debido a partir de una preexistencia se establece cuáles son los niveles de respeto hacia lo que hay, y una serie de directrices que marquen la forma de actuar. Así, se mantie-ne la estructura original y el aspecto exterior de los blo- ques, adaptando los edificios a las nuevas exigencias desde su interior y actuando por contraste en la intervención. Se vacía el interior, incluido el núcleo de comunicación y se plantea dos nuevos tipos de vivienda dependiendo de la situación del núcleo, diferenciando bloques con el acceso interior y bloques con el acceso exterior, entendiendo los primeros como una forma de vivir mucho más comunitaria. Ade-más, se continúa apostando por la vivienda en planta baja, dinamizando los umbrales entre bloques no solo como acceso sino como espacios de relación con la propia vivienda.