La arquitectura como medio de inclusión educativa: Análisis comparativo de casos y propuestas para centros escolares.

Abstract

[ES] En la actualidad la palabra inclusión está totalmente integrada en el vocabulario colectivo, tanto en lo cotidiano como en la legislación europea. Sin embargo, la realidad es que el amplio espectro que proporciona su marco regulatorio origina conflictos a la hora de implementarla. Los debates sobre cuál es la mejor opción para llegar a cumplir el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible, Educación de calidad, no han parado desde que se enunciara por primera vez el principio de normalización, que aboga por la integración de los alumnos con necesidades específicas en centros ordinarios. El carácter abstracto de la palabra normalización ha llevado a la creación de normativas muy generalistas, que no subsanan la totalidad de necesidades de estos niños, a pesar de que durante todo este tiempo se ha recalcado por parte de varias organizaciones la necesidad de tratar a cada niño como un individuo único sin llegar a aislarlo.

Durante todo este proceso de transformación social y legislativa el papel del espacio y la arquitectura ha quedado reducido a un mínimo anecdótico. El rol del arquitecto se reduce a lograr que el alumno pueda estar y moverse con una mínima facilidad por el centro, sin pensar en cómo el espacio podría convertirse en un medio más de inclusión. Al fin y al cabo, los centros educativos son el principal espacio socializador de los niños, y conseguir su comodidad reforzaría su confianza y, por ende, su inclusión.

Este trabajo busca obtener conclusiones acerca de las medidas que se podrían implementar en nuevas normativas, sobre cómo generar y adaptar espacios educativos a las necesidades de niños y niñas con discapacidades sensoriales. Para ello, se han estudiado dos centros adaptados a este tipo de necesidades y se han comparado con la normativa española y valenciana actuales, proponiendo además medidas para su futura implementación. Por último, se ha analizado si estas características espaciales, necesarias para obtener un mayor confort, originan alguna problemática para el resto de los alumnos, demostrando así que un centro que cumpla este tipo de necesidades no limita, sino mejora, la experiencia educativa para todos.

[EN] The word inclusion is fully integrated into the collective vocabulary in everyday life and European legislation. However, the reality is that the broad spectrum provided by its regulatory framework creates conflicts when implementing it. Debates on the best option to achieve the fourth Sustainable Development Goal, Quality Education, have continued since the principle of normalisation was first enunciated, which advocates for integrating students with specific needs into regular schools. The abstract nature of the word normalisation has led to the creation of very general regulations that do not meet these children¿s needs, even though various organisations have emphasised the need to treat each child as a unique individual without isolating them.

Throughout this process of social and legislative transformation, the role of space and architecture has been reduced to a minimum anecdotal role. The architect¿s role is reduced to ensuring that the student can be and move around the school with minimal ease, without considering how the space could become another means of inclusion. After all, educational centres are the primary socialising space for children, and achieving their comfort would reinforce their confidence and, therefore, their inclusion.

This work seeks to obtain conclusions about the measures that could be implemented in new regulations to generate and adapt educational spaces to the needs of children with sensory disabilities. To do this, two centres adapted to these needs have been studied and compared with the current Spanish and Valencian regulations, proposing measures for their future implementation. Finally, it has been analysed whether these spatial characteristics, necessary to obtain greater comfort, create any problems for the rest of the students, thus demonstrating that a centre that meets these types of needs does not limit but improves the educational experience for all.