Resumen:
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[ES] El dolor pélvico crónico (DPC) se define como un dolor constante o intermitente que persiste más de 6 meses en el abdomen bajo o la pelvis. Esta condición afecta a más del 24% de la población femenina mundial. Una de ...[+]
[ES] El dolor pélvico crónico (DPC) se define como un dolor constante o intermitente que persiste más de 6 meses en el abdomen bajo o la pelvis. Esta condición afecta a más del 24% de la población femenina mundial. Una de las manifestaciones del DPC es la vulvodinia, definida como un dolor en la vulva sin etiología conocida durante al menos 3 meses y que puede estar asociada con diferentes factores. Aunque no se han realizado estudios epidemiológicos exhaustivos, se estima que la vulvodinia afecta aproximadamente al 10% de las mujeres a nivel global. En España, la prevalencia de la vulvodinia se estimó en un 6.6% en 2019, aunque un 13% de las mujeres había experimentado este trastorno en algún momento de sus vidas.
La vulvodinia no solo afecta a la salud física de las pacientes, sino también a su salud mental y sexual, así como a la de sus parejas. La disminución de la función sexual y el dolor pélvico combinados con sentimientos de vergüenza, baja autoestima y falta de comprensión, contribuyen significativamente a un deterioro de la salud mental y a una disminución de la calidad de vida.
La valoración de la vulvodinia implica pruebas como un test de sensibilidad al dolor con un hisopo de algodón en el vestíbulo vulvar y un examen digital intravaginal de la musculatura del suelo pélvico (MSP), para obtener información más objetiva se emplean técnicas como la electromiografía de superficie (sEMG). También se realizan cuestionarios clínicos autoinformados para evaluar el bienestar físico, mental y sexual.
La sEMG ha revelado en algunos estudios un aumento del tono muscular en reposo, una relajación voluntaria deteriorada y una disminución de la capacidad contráctil voluntaria de la MSP en pacientes con vulvodinia. En cuanto a manifestaciones clínicas, además del dolor en la vulva, distintos estudios han demostrado que las mujeres con dolor pélvico tienen niveles de depresión y ansiedad más altos, así como menor deseo, excitación y satisfacción sexual, además de mayor dificultad para llegar al orgasmo. Por ende, la sEMG junto con estos cuestionarios pueden ser útiles para evaluar el estado de las pacientes con vulvodinia tanto a nivel electrofisiológico como clínico. Sin embargo, hasta la fecha no se ha valorado específicamente la posible relación entre la condición electrofisiológica de la MSP y las distintas dimensiones del bienestar físico, mental y sexual de las pacientes. Este es el objetivo principal del presente Trabajo Final de Grado. Adicionalmente, existe una tendencia creciente de tratar la vulvodinia mediante la infiltración de neurotoxina botulínica de tipo A (BoNT/A). Este tratamiento por un lado afecta a la actividad de las motoneuronas inhibiendo la sinapsis, impidiendo la contracción muscular, y por otro, bloquea la liberación de algunos neuropéptidos nociceptivos, afectando a los mecanismos de procesamiento del dolor. Sin embargo, tampoco se ha valorado si hay alguna relación entre ambos aspectos.
Para llevar a cabo este estudio, se dispone de una base de datos de cuestionarios de valoración clínica a un grupo de 35 pacientes con vulvodinia en distintas semanas: antes del tratamiento con BoNT/A y tras el tratamiento tanto a corto plazo (8 semanas tras el tratamiento) como a largo plazo (24 semanas tras el tratamiento). De ellos se han obtenido los valores de diferentes variables clínicas que evalúan distintos aspectos de las pacientes como son el dolor en el día a día, la función sexual, el estado psicológico y el estado del suelo pélvico según la exploración física. Además de esto, se cuenta con las señales de sEMG tomadas a estas pacientes en los mismos momentos temporales que los cuestionarios. Estas señales se han obtenido mediante seis electrodos de superficie y una sonda intravaginal tanto en relajación como en contracción voluntaria de la MSP. Tras el posterior preprocesado de las señales, se han computado distintos parámetros característicos de sEMG que conforman la base de datos.
A partir de las variab
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[EN] Vulvodynia, defined as vulvar pain without a known etiology for at least three months and associated
with various factors, affects 10% of women. Apart from compromising the physical, mental, and sexual
health of ...[+]
[EN] Vulvodynia, defined as vulvar pain without a known etiology for at least three months and associated
with various factors, affects 10% of women. Apart from compromising the physical, mental, and sexual
health of patients, it is also associated with alterations in the activity of the pelvic floor musculature
(PFM), as revealed by surface electromyography (sEMG). However, to date, the potential relationship
between the electrophysiological condition of the PFM and the different dimensions of patient wellbeing, evaluated through physical examination and clinical questionnaires, has not been analyzed. This
is the aim of the present study.
A database of clinical questionnaires, physical examination results, and sEMG records from 35 patients
with vulvodinia, collected before their treatment with botulinum neurotoxin type A and at 8 and 24
weeks post-treatment, were used in this study. Correlation and multiple linear regression analyses were
conducted to assess the relationship between clinical variables and sEMG parameters at each time point
(analysis 1) as well as the evolution (variations) after treatment (analysis 2).
Significant correlations were mainly found between psychological variables and sEMG parameters of
both deep and superficial PFM during relaxation and contraction in both analyses. Additionally, the
multiple linear regression models showed that sEMG parameters could explain 45-60% of the variance
of psychological variables (analysis 1) and pain variables (analysis 2). These results indicate a relatively
high degree of relationship between the clinical state of patients and the electrophysiological condition
of their PFM, although it is heterogeneous across the different dimensions of patient well-being and it
is influenced by treatment.
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