Resumen:
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[ES] A finales del siglo pasado Colombia vivió uno de los momentos más álgidos de la historia del país, la crisis política por el desbordamiento producto del narcotráfico, los altos índices de pobreza y falta de capacidad ...[+]
[ES] A finales del siglo pasado Colombia vivió uno de los momentos más álgidos de la historia del país, la crisis política por el desbordamiento producto del narcotráfico, los altos índices de pobreza y falta de capacidad estatal en los territorios, la falta de gobernanza y gobernabilidad y un acuerdo político anacrónico en marcado en la constitución de 1986, la crisis económica, etc.
Lo anterior, claramente tuvo impacto en los municipios, que, por un lado, pregonaban la falta de presencia estatal en los territorios y por otro reclamaban la autonomía financiera de los entes territoriales basándose en la necesidad de crear políticas públicas más eficientes que las que se venían determinando desde el centro.
En este contexto, Cali enfrentaba una situación especial, carteles de la droga organizados, altos índices de violencia, alto flujo de recursos económicos producto de la droga. Posterior a la constitución de 1991, la caída de Pablo Escobar (1993) y los Hermanos Rodríguez Orejuela (1995), lo que llevó a la ciudad a enfrentar un nuevo panorama constitucional, que trajo consigo crisis económica.
Cali inició un proceso de construcción de ciudad pos-narcotráfico con el principal objetivo de construir un sentido colectivo y cultural transformador. Inició en la segunda mitad de la década de 1990 contó con diversos actores que incidieron en el diseño de política pública municipal, de manera directa o indirecta, formal o informal. Llama la atención que treinta años después, la comparación entre Cali y ciudades como Medellín está marcada por profundas diferencias económicas, políticas y sociales que muestran avances y carencias, pero, sobre todo, evidencian el rol y posicionamiento de determinados actores que han lograron intervenir en el devenir municipal. La Capital de Antioquia, ha construido socialmente la ciudadanía a partir de la instalación, en el imaginario social, de una cultura pujante, un tejido empresarial fuerte y un modelo de integración metropolitana único en Colombia. Estos factores ocultan una de las ciudades más inequitativas del mundo, altos niveles de informalidad, aumento de brechas de género y un problema estructural que recae sobre los habitantes más vulnerados de la ciudad (Marin & Insuasty, 2014; p.74). la Capital Vallecaucana, es el resultado de profundas y constantes crisis institucionales producto de la corrupción y la falta de liderazgo, mayores índices de analfabetismo, falta de infraestructura educativa, menos empleos formales, flujos migratorios y pésima gestión pública (Loaiza, 2001). Esta comparación invita a poner el foco analítico en función de entender que pasó en la historia de Cali para dilucidar cuáles fueron los actores que incidieron en la construcción de ciudad y toma de decisiones para afrontar los retos que enfrentaban ambas ciudades y que nivel de discrecionalidad tuvieron en los proyectos de desarrollo.
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[EN] At the end of the last century, Colombia experienced one of the most critical moments in its history: a political crisis triggered by the overflow of drug trafficking, high poverty rates, a lack of state presence in ...[+]
[EN] At the end of the last century, Colombia experienced one of the most critical moments in its history: a political crisis triggered by the overflow of drug trafficking, high poverty rates, a lack of state presence in territories, governance gaps, and an anachronistic political agreement enshrined in the 1986 Constitution, as well as an economic crisis.
This clearly had an impact on municipalities, which, on the one hand, decried the lack of state presence in their territories and, on the other, demanded financial autonomy for local governments based on the need to create more efficient public policies than those determined at the central level.
In this context, Cali faced a special situation: organized drug cartels, high levels of violence, and a significant influx of drug money. Following the 1991 Constitution and the fall of Pablo Escobar (1993) and the Rodríguez Orejuela brothers (1995), the city faced a new constitutional landscape, which brought with it an economic crisis.
Cali began a process of post-narcotrafficking urban development with the primary goal of building a transformative collective and cultural identity. Starting in the second half of the 1990s, various actors, both directly and indirectly, formally and informally, influenced the design of municipal public policy. It is striking that thirty years later, a comparison between Cali and cities like Medellín reveals profound economic, political, and social differences that show both progress and shortcomings but, above all, highlight the role and positioning of certain actors who have managed to intervene in the city's development. The capital of Antioquia has socially constructed citizenship based on the installation, in the social imagination, of a thriving culture, a strong business fabric, and a unique model of metropolitan integration in Colombia. These factors hide "one of the most inequitable cities in the world, high levels of informality, growing gender gaps, and a structural problem that falls on the most vulnerable inhabitants of the city" (Marin & Insuasty, 2014, p. 74). The capital of Valle del Cauca is the result of deep and constant institutional crises due to corruption and lack of leadership, higher illiteracy rates, lack of educational infrastructure, fewer formal jobs, migratory flows, and poor public management (Loaiza, 2001). This comparison invites us to focus our analysis on understanding what happened in the history of Cali to elucidate which actors influenced the city's construction and decision-making to address the challenges faced by both cities and the level of discretion they had in development projects.
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