Resumen:
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[ES] El Jardín ha constituido históricamente una proyección material del dominio y control de la naturaleza por parte del humano, y a su vez se formula como espacio de reflexión filosófica y moral, de ética, estética y ...[+]
[ES] El Jardín ha constituido históricamente una proyección material del dominio y control de la naturaleza por parte del humano, y a su vez se formula como espacio de reflexión filosófica y moral, de ética, estética y política. Es decir, el jardín no solo se circunscribe a un territorio cercado, del latín ghorto cerramiento , sino que posee en si una respuesta cultural al como hacer, a los valores, a la forma de convivir, la manera de hacer salud privada y pública, de escuchar, de construir y se sentir. Desde el Akademos platónico, el jardín de Epicuro, los jardines del Edén y los infiernos bosquianos o los jardines botánicos, siempre ha constituido un campo de batalla arquitectónico y ético donde se proyectan nuestras aspiraciones.
Conjugando todas las corrientes filosóficas y arquitectónicas del jardín; este constituye en el marco actual un elemento ambivalente productivo y al mismo tiempo contemplativo, un hábitat en el que el liberalismo y mercantilismo toman forma introspectiva e improductiva, lugar de fragilidad y riqueza, un objeto político de reivindicación de cuidado y lucha, un espacio donde idealizar el placer hedonista y la belleza cotidiana.
Si Chambers formulaba que los jardineros no solo son botánicos sino también pintores y filósofos , habría que añadir, en consonancia con la política actual, que lo son también ciudadanos, vecinos. Desde la terraza donde tendemos la colada, los descuidados parterres donde se acumulan anualmente montones de naranjas, pasando por aquellos abandonados edificios en los anidan multitud de especies urbanas, hasta los jardines barrocos que sigilosos acogen nuestras mas intimas actividades; el jardín constituye hoy no solo un recinto, sino un conjunto ecosistémico de agentes, materiales, acciones y dinámicas.
Entre malogrados bloques de viviendas, malgastados pavimentos, parroquias, santos, palacios góticos y restos de antiguas murallas; se encuentra un pequeño retiro de escombros, bellas malezas y rastros de aquellos huertos árabes. Es este heterogéneo lugar conviven todo tipo de agentes que comparten ecosistema, flujos y cuidados. En este contexto surge el proyecto como respuesta a la pregunta de como convivir. En la liza entre la utopía de lo eudemonista y la convivencia con el caos, se busca proyectar un espacio que incorpora los flujos y dinámicas de los jardines urbanas en un conjunto habitado por todos los agentes humanos y no humanos, culturales y sociales, que constituyen el ecosistema urbano. Un lugar de acogida, un hogar, un refugio en el jardín de nuestro vecino, entre escombros ritos y cuidados.
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[EN] The garden has historically constituted a material projection of the dominion and control of nature by humans, and at the same time it is formulated as a space for philosophical and moral reflection, ethics, aesthetics ...[+]
[EN] The garden has historically constituted a material projection of the dominion and control of nature by humans, and at the same time it is formulated as a space for philosophical and moral reflection, ethics, aesthetics and politics. That is to say, the garden is not only circumscribed to an enclosed territory, from the Latin ghorto ''enclosure'', but it possesses in itself a cultural response to how to do, to the values, to the way of living together, the way of doing private and public health, of listening, of building and of feeling. From the Platonic Akademos, the garden of Epicurus, the gardens of Eden and the Boschian hells or the botanical gardens, it has always been an architectural and ethical battlefield where our aspirations are projected.
Conjugating all the philosophical and architectural currents of the garden; this constitutes in the current framework an ambivalent productive and at the same time contemplative element, a habitat in which liberalism and mercantilism take introspective and unproductive form, a place of fragility and wealth, a political object of vindication of care and struggle, a space where to idealize the hedonistic pleasure and the daily beauty.
If Chambers formulated that 'gardeners are not only botanists but also painters and philosophers', we should add, in line with current politics, that they are also citizens, neighbors. From the terrace where we hang out the laundry, the neglected flowerbeds where piles of oranges accumulate annually, passing through those abandoned buildings where a multitude of urban species nest, to the baroque gardens that stealthily host our most intimate activities; the garden is today not only an enclosure, but an ecosystemic set of agents, materials, actions and dynamics.
Amongst the ruined blocks of apartments, wasted pavements, parishes, saints, gothic palaces and remains of ancient walls, there is a small retreat of debris, beautiful weeds and traces of those Arab orchards. In this heterogeneous place coexist all kinds of agents that share ecosystem, flows and care. In this context the project arises as an answer to the question of how to live together. In the struggle between the utopia of the eudemonistic and the coexistence with chaos, we seek to design a space that incorporates the flows and dynamics of urban gardens in a set inhabited by all human and non-human agents, cultural and social, that constitute the urban ecosystem. A place of welcome, a home, a refuge in our neighbor's garden, between debris, rites and care.
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