Resumen:
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La presente tesis aborda el desarrollo del discurso de la junta seca como herramienta constructiva y compositiva desde su génesis
teórica en el siglo XIX centroeuropeo, hasta su desarrollo americano en el siglo XX a ...[+]
La presente tesis aborda el desarrollo del discurso de la junta seca como herramienta constructiva y compositiva desde su génesis
teórica en el siglo XIX centroeuropeo, hasta su desarrollo americano en el siglo XX a caballo de la propia tradición constructiva y la
capacidad industrial. Así se plantea teóricamente y formalmente en dos partes diferenciadas: la teórica Europa, la ejecutiva América.
Esto justifica una visión histórica y panorámica en el que la Exposición Universal de Londres y en concreto la construcción del
Crystal Palace en 1851 es el hito de arranque fundamental. Por lo excepcional de su construcción pero también, y por contraposición,
por su vinculación a la figura de referencia del materialismo centroeuropeo, Gottfried Semper.
La visión semperiana sobre el estilo como hijo único de la necesidad, expresa realmente cómo detrás de los distintos adelantos
materiales existe siempre un desarrollo de la técnica y sobre todo un cambio de mentalidad propiciado por la necesidad misma. En
paralelo la teoría de Bötticher sobre la Tectónica arquitectónica como ley integradora de función, materia y forma que organiza las
relaciones entre las partes, incidiendo en la junta y en la articulación de los miembros del todo general, iba a permitir igualmente una
nueva visión revolucionaria de composición y construcción. Tan revolucionaria como los nuevos conceptos de esqueleto y piel,
semperianos y racionalistas a un tiempo.
Se estaba fraguando ese necesario cambio en la forma de pensar que se vió impulsado por la competencia con el ingeniero y pero
también por una nueva concepción de arte más liviana, extensiva a todos los niveles de la vida humana que permitió la reconversión
de la arquitectura en una disciplina autónoma, ligada al desarrollo de las artes aplicadas. Así al arquitecto se le ofreció la opción de
una arquitectura de servicio, cercana al problema de la función y de la construcción, como alternativa al arte antiguo. En esta línea las
revoluciones académicas del XIX motivaron la aparición de las escuelas de diseño, con las Kunstwegeberschulen centroeuropeas a la
cabeza, que se agregaron al movimiento de las Exposiciones Internacionales y por mera competencia nacional motivaron la aparición
del Werkbund alemán. Exposiciones y Werkbund apostaron por el nuevo tipo como elemento no sólo industrial sino también
arquitectónico y con ellos también arrancó el imperio del objeto, derivado e impulsor a un tiempo de la estandarización industrial.
Este discurso centroeuropeo del XIX, materialista y ligado a las nuevas artes aplicadas, que aunque escasamente práctico iba a
posibilitar una nueva forma de componer y construir. No la única pero una vía diferenciada, desvinculada del beaux-arts y que se
fundamentaba en el diseño en base a objetos. El Werkbund ya había abonado el terreno con la tesis y la antítesis sobre tipificación e
individualidad, el tipo como objeto que tabula y dimensiona la realidad humana. Este sustrato se combinó con los conceptos vieneses
del problembewussatsein de la Wagnerschule, la idea de arquitecto como agente que resuelve problemas, y el gemütlichkeit, el confort
que debe surgir del buen diseño, y posibilitaría la aparición de la Bauhaus. En la Bauhaus el nuevo concepto de arte, menor y
vinculado a todas las facetas de la vida, permitía un método de diseño operativo a todas las escalas, más allá de cualquier propuesta
meramente formal. Un método de composición que permitía al diseñador, ya no sólo arquitecto, incorporar el problema material y
constructivo como herramienta compositiva más. El nuevo objeto arquitectónico surgía de las posibilidades de forma que el sistema
constructivo, el método de ensamblaje o el catálogo de elementos permitía, más allá incluso de la función. Y ahí la junta seca con su
catálogo de componentes y su ley de ensamblaje comenzó a demostrarse como la verdadera herramienta de la nueva arquitectura,
ligada de forma natural a la herencia semperiana y de Bötticher, paradójicamente también al discurso del Gesamtkunstwerk
semperiano.
Pero además en los años de la república de Weimar que vieron crecer a la Bauhaus el panorama artístico estaba dominado por un
profundo amerikanismus. La América soñada por los europeos era la tierra de los nuevos tipos -la fábrica y el rascacielos de acero-,
del proceso, de la estandarización y del control de la gestión a través del taylorismo y el fordismo.
El amerikanismus se fundía con el nuevo materialismo y así las grandes propuestas de las siedlungen de Weimar más allá de su
evidente funcionalismo muestran una visión común sobre la sistematización de la construcción y la composición en base a leyes de
crecimiento que operan a diferentes escalas. Estas leyes se diseñan, de forma análoga al propio objeto, según un catálogo de
elementos, sus posibilidades de producción, su ensamblaje y su junta, el control temporal del proceso y la gestión económica de la
construcción.
De esta Centroeuropa, revolucionaria y experimental, los hijos aventajados del amerikanismus se dirigieron a la joven Nación de
ultramar. Estas figuras se convertirían en el nuevo continente en pioneros de una nueva tradición verdaderamente americana. El
fenómeno lo previó agudamente Henry Russell Hitchcock a partir de 1937: la experiencia europea de entreguerras debía encontrar en
los métodos constructivos tradicionales americanos el punto de partida para las innovaciones formales y tecnológicas que posibilitaran
la creación de una nueva, contemporánea, tradición americana.
Y a partir de este punto la tesis se impone voluntariamente demostrar cómo en América la teoría era totalmente innecesaria y todo se
refrendaba con la acción. El arquitecto europeo había logrado detectar, separar, analizar y sistematizar la relación que de forma natural
existía entre tipo, tradición y función a través de la tecnología y de las grandes reformas académicas. Llevaba a América esos
mecanismos de abstracción, investigación y vanguardia y encontraba en el medio americano el pragmatismo, el optimismo y la
organización industrial suficiente para todo tipo de nuevos planteamientos. La base de la tradición constructiva americana en acero y
madera ímplícitamente cumplía las exigencias de un sistema constructivo moderno en seco: coordinación dimensional, limitación de
variables, estandarización y normalización, prefabricación, industrialización, distribución, capacidad de planificación y reducción al
mínimo del trabajo in situ. Los procesos industriales americanos incluían además una depuración del tipo, una búsqueda del objeto
reproducible y consumible, una incesante necesidad de renovación de objeto y tipo para alimentar el ciclo de la cadena de montaje. La
obsolescencia implicaba el montaje y desmontaje, la ampliación y la posibilidad de personalización del hábitat propio del americano.
En este medio la visión vanguardista del arquitecto centroeuropeo emigrado en torno al tipo y su relación con el hábitat humano a
través de la tradición tecnológica permitió conquistar un discurso depurado de la construcción industrializada ligera con junta seca y a
través de él, la conquista de nuevos tipos y una nueva tradición.
Los arquitectos emigrados lo hicieron en diferentes oleadas y en diferentes tiempos, así que cada uno de los que se emplean para
ejemplificar este proceso, Schindler, Neutra y Breuer, aporta ingredientes específicos de la tradición europea, de la vanguardia y del
propio amerikanismus. Los tres colaboraron en la creación de una nueva arquitectura americana surgida tras la Segunda Guerra
Mundial en torno al tipo programático, los tipos constructivos y la estandarización de sus componentes con la construcción en seco
tanto en madera como en acero como vínculo fundamental. Esta nueva tradición lograba un continuum natural a través de la propia
tecnología y es en la costa oeste, en la California de las Case Study Houses, donde se evidencia claramente este proceso como se
recoge en la conclusión.
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