Resumen:
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La producción frutícola de las provincias de Río Negro y Neuquén tiene como uno de sus
principales destinos la exportación a mercados europeos y del Mercosur y otros en menor medida.
En tal sentido, los productos están ...[+]
La producción frutícola de las provincias de Río Negro y Neuquén tiene como uno de sus
principales destinos la exportación a mercados europeos y del Mercosur y otros en menor medida.
En tal sentido, los productos están sujetos a las exigencias de sanidad y calidad de los países
importadores -orientados fundamentalmente por los requerimientos de las grandes cadenas de
distribución- de manera que los procesos de certificación se intensifican cada temporada.
Entre los principales escollos que debe superar el complejo frutícola para responder a la demanda
y mejorar su competitividad, se encuentra el control de una plaga clave, la carpocapsa. Y requiere
acciones rápidas y sostenidas, ya que las herramientas disponibles para controlarla se restringen
con el tiempo debido, por un lado, a los niveles de residuos de plaguicidas permitidos en el fruto -
cada vez menores con los avances en la detección de los mismos-, y por otro, por la aparición de
poblaciones resistentes de la plaga.
El complejo frutícola -como otros alimentarios-, se caracteriza por la heterogeneidad de actores
presentes en el mismo. Así se observa, que éste es liderado por grandes empresas exportadoras -
algunas de ellas de capital trasnacional- coexistiendo en el otro extremo, con un gran número de
pequeños productores independientes, con dificultades para aplicar la tecnología requerida para
cumplir los parámetros de calidad y por tanto para persistir en el sistema productivo.
Estas preocupaciones desencadenaron la articulación entre las instituciones públicas y privadas de
la fruticultura de la región, para intentar disminuir la incidencia de la plaga. Y este es un hecho
relevante, si se tiene en cuenta la larga historia de conflictos entre actores del complejo originados
en la distribución de la renta generada.
La participación más activa del estado nacional a partir del 2003, y los acuerdos de las instituciones
representantes de los productores primarios, los empresario ligados a la comercialización, los
organismos de ciencia y técnica y gubernamentales, permitieron la conformación de una red
socio-técnica alrededor de una tecnología ambientalmente sustentable para el control de
carpocapsa (Técnica de Confusión Sexual) que, para su implementación masiva, requiere un
enfoque territorial.
El estudio de esta red desde la concepción evolucionista de la innovación y las redes socio-técnicas
se propone aportar elementos que puedan ayudar en la consolidación de la misma, con el objetivo
final que la fruticultura regional gane mayor competitividad con equidad.
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