La madriguera. Revista de Cine (noviembre de 1997- noviembre 2002), se distribuyó por quioscos y librerías durante cinco años con periodicidad mensual e invariable regularidad dentro de las páginas de El Viejo Topo (desde el números 112 al 172), una revista compuesta por variadas secciones de intervención cultural y política que editaba Miguel Riera. Alcanzó los 54 números presentándose como separata independiente dotada de portada y con línea editorial autónoma. Inicialmente la coordinaron Ana Nuño, Josep Torrell y Alejandro Montiel, que se alternaban en la redacción de los editoriales, aunque finalmente fue dirigida en solitario por Alejandro Montiel en su último año de existencia (desde el nº 42 al nº 54) y contó con un consejo editorial formado, entre otros, por José Luis Castro de Paz, Juan Miguel Company, Gonzalo de Lucas, Joan M. Minguet, Julio Pérez Perucha, Iván Pintor, José Saborit y Santos Zunzunegui. Significativamente se eligió como tema principal del número 1 (noviembre de 1997, correspondiente al 112 de El Viejo Topo) la película de José Luis Guerín Tren de sombras, producida por Pere Portabella, y no menos significativamente la revista se despidió con un monográfico dedicado a John Ford (nº 54, correspondiente al 172 de El Viejo Topo, noviembre de 2002). Por sus alrededor de 800 páginas transitaron más de cien notables colaboradores pertenecientes a distantes generaciones de críticos cinematográficos y cineastas (como Víctor Erice, Javier Maqua o Montxo Armendáriz), desde activos patrocinadores del nuevo frente crítico emergido en la Transición Española (verbigracia, muy destacadamente Juan Miguel Company), hasta quienes por entonces eran aún jóvenes estudiantes universitarios como Gonzalo de Lucas, que nutrirán pronto lo más granado de la teoría y la crítica cinematográficas presentes. Heredera de la experiencia de Contracampo (1979-1984), contó con la asidua participación de algunos de sus ex-colaboradores, y dio cobijo a un importante conjunto de textos de gran envergadura intelectual, comprometidos con un cine políticamente eficaz y culturalmente útil.