Resumen:
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Esculturas, fuego, falleras, petardos, reivindicación. Son las palabras clave
que las personas que no son de Valencia responden al preguntarles <<¿qué
son las fallas?>> Y eso mismo pensaba yo antes de vivir aquí. Movida ...[+]
Esculturas, fuego, falleras, petardos, reivindicación. Son las palabras clave
que las personas que no son de Valencia responden al preguntarles <<¿qué
son las fallas?>> Y eso mismo pensaba yo antes de vivir aquí. Movida por la
curiosidad ante la cultura popular de las fiestas falleras descubri un submundo
que nunca había visto reflejado en la prensa.
Este proyecto se ha desarrollado bajo la visión de dos personas, yo misma
y Ramón G.Ortego, aunque la que aquí muestro es únicamente la mía.
Ramón G. Ortego y Yanire Fernández, venimos del secano Castellano
donde la fiesta más popular es la Semana Santa que, como las fallas, también
resulta uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad.
Instalados en la ciudad de Valencia desde Septiembre del 2013
comenzamos a investigar sobre la fiesta más importante de la ciudad,
movidos por la curiosidad de las opiniones tan enfrentadas que existen entre
sus ciudadanos.
Observamos que frente a lo que se conoce de la fiesta por la prensa, hay un
sector que lo vive y celebra de manera muy diferente. Ahí creímos encontrar
un punto de inflexión interesante con el que trabajar. Decidimos documentar
tres fallas diferentes: Padre Alegre, una falla perteneciente a junta central
fallera que participa y celebra de todo acto oficial; Arrancapins, una falla
centenaria fuera de todo arquetipo oficial que conserva el espíritu humilde y
crítico con el que nació la fiesta ; Falles Populars i Combatives, propuesta de
fiesta autogestionada que con el paso de los años se está consolidando como
una alternativa a las fallas oficiales.
Como conclusión personal sentimos que estas tres fallas llegan a
representar el grueso de la ciudad, la gente joven que forma su falla con
amigos y asociaciones del barrio compartiendo su programa de fiesta
con todo aquel que quiera participar, entregados a las acciones sociales
y reivindicativos de un tiempo que está siendo difícil para todos. Por otro
lado los que dan voz y muestran con su monumento el rechazo a ciertas
acciones políticas, haciendo una crítica voraz a las injusticias que ocurren
cada día contra los ciudadanos. Y por último los que disfrutan de la fiesta
perteneciendo a Junta Central Fallera donde si quieren ser premiados con
su monumento la opción de la crítica queda descartada, su modo de festejar
está fuera de cualquier preocupación social económica o política, quizás es
una manera de desconectar del día a día.
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