50 viviendas intergeneracionales y centro de barrio

Abstract

El proyecto intenta mantener al máximo la abundante vegetación existente y respetar las alineaciones con las edificaciones colindantes al solar. Se parte de la idea de completar la manzana para concebirla como una manzana cerrada con una gran zona interior a modo de patio o jardín. Con el fin de dejar el espacio necesario para mantener la vegetación, se fragmenta el bloque, dando la sensación de manzana cerrada pero con huecos entre bloques. La ubicación de los bloques se ajusta al borde de la parcela. El interior del edificio preexistente se abre para alargar el proyecto y generar más espacio libre para plantar y reubicar árboles, cuya ubicación ha sido ocupada por edificación. Se crea una zona de relación vecinal con la colocación de paelleros y cocinas. El proyecto en altura se desarrolla en tres niveles, de lo más público a lo más privado. En planta baja se quiere conseguir la idea de “mercado de barrio”, donde cada usuario hace su propio recorrido en función de sus necesidades. Sobre ésta cota se desarrolla una plataforma con huecos para favorecer la iluminación natural en la planta baja. La mayor parte del programa del área lúdico-cultural se coloca en esta plataforma, habilitando un gran espacio de relación entre vecinos y visitantes. Así, se genera un movimiento constante de gente entre los equipamientos que favorece la idea de centro de barrio. Por último, encontramos la privacidad de las viviendas, con bloques que tienen acceso por el núcleo de comunicación (individualizado para cada bloque) a la plataforma o, directamente, a la planta baja. El área de atención a personas mayores se agrupa en un mismo bloque que sirve como fondo de manzana y que se conecta en su planta superior con el resto de equipamientos gracias a la continuación de la plataforma a modo de pasarela.