Resumen:
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[ES] El presente trabajo constituye la última asignatura a superar del Grado de
Gestión y Administración Pública, en el cual confluyen y son exigibles una serie de
directrices, tendentes todas ellas a lograr uno de los ...[+]
[ES] El presente trabajo constituye la última asignatura a superar del Grado de
Gestión y Administración Pública, en el cual confluyen y son exigibles una serie de
directrices, tendentes todas ellas a lograr uno de los objetivos básicos de cualquier
titulación, que no es otro que la conexión entre la formación teórica y práctica,
imprescindible para el acceso al mercado laboral, sea de naturaleza pública o privada.
Para ello, la normativa precisa y delimita los requisitos mínimos que debe
reunir el Trabajo de Fin de Grado, con el objetivo de alcanzar unos estándares que
plasmen los conocimientos adquiridos durante la carrera con la propuesta de mejora
realizada en alguna entidad o ente empresarial, los cuales reflejarán el encaje de los
citados conocimientos en la práctica que supone la realidad del funcionamiento de un
Servicio, una Dirección General o Departamento.
El trabajo, realizado sobre la rehabilitación y construcción del Complejo Ciudad
Administrativa entre otros objetivos, ha pretendido poner de manifiesto la
complejidad y duración del proceso de ejecución, posterior al de toma de decisiones,
con los costes de oportunidad que lleva aparejados, sin merma del reconocimiento al
intento de conciliar los gastos con los principios de eficacia, eficiencia y economía,
tanto en la gestión diaria como en la gestión de los recursos disponibles, en la cantidad
y en la calidad. Se trata de materializar el tan comentado actualmente “hacer más con
menos”.
Este Complejo se encuentra en el distrito de La Olivereta, en el barrio de Nou
Moles de la ciudad de Valencia. El edificio inicial, diseñado y dirigida su construcción
por el arquitecto Joaquín Belda durante finales del Siglo XIX, el sistema de prisión
desarrollado en Philadelphia (Cherry Hill), en 1825, con un sistema de planta radial de unos 110.000 metros cuadrados. Se dejó de emplear como centro penitenciario en
1991. La cárcel se dejó de emplear como centro penitenciario en el año 1991, siendo
inventariada unos cuantos años después como patrimonio artístico por el Ministerio
de Cultura. Como curiosidad, en esta prisión se rodó la película española Todos a la
cárcel dirigida por Luis García Berlanga en el 1993.
A partir del año 2000, comenzó a ser analizada su rehabilitación, que se inició
con la permuta del terreno, perteneciente al Estado y culminó con la ocupación por
parte de los funcionarios de los edificios destinados a ello.
De la magnitud de la obra, sirven como referencia algunos datos:
En la actualidad hay 2.600 funcionarios y 700 empleados en calidad de
personal externo que presta sus servicios en el Complejo.
Parking para empleados con una capacidad para 800 plazas.
157 cámaras de seguridad distribuidas por todo el perímetro del complejo.
114.000 metros cuadrados construidos.
25 ascensores de 18 personas.
Rehabilitación de 2 edificios.
En cualquier caso, la consecución del objetivos de la construcción del complejo
administrativo ha constituido todo un hito en el ámbito de las Administraciones
Públicas, por varias razones entre las que destaca una a mi juicio, que no es otra sino la
adopción de la decisión, capaz de reorganizar una Administración inmobiliariamente, y
de otro lado, el impacto y repercusión, que trasciende y extiende sus efectos al cambio
relativo de fisonomía de una ciudad, en la localización de sus dependencias,
revitalización de zonas y modificación de la composición de otras.
El periodo temporal que abarca la totalidad del proyecto –desde el comienzo
de la operación de permuta hasta la ocupación de la primera edificación- es de 11
años, intervalo de una entidad, que invita a reflexionar acerca de la conveniencia de
sustraer ciertas funciones o actuaciones de la actividad de las Administraciones
Públicas, puesto que la envergadura del cometido, sin merma de su complejidad,
justifica onerosamente el empleo de una década en su alumbramiento.
Uno de los objetivos que desea exteriorizar el trabajo es enumerar una relación
de funciones y cometidos -inaplazable en el contexto actual- en las funciones a
ejecutar por la Administración y aquellas que lo pueden ser por el sector privado, en idénticos términos en materia de costes y mejoras en plazos y ejecución. Bien es cierto
que esta afirmación, suscitada en estos momentos resulta, cuanto menos
sorprendente, a causa de los múltiples supuestos de utilización indebida de este tipo
de instituciones por los responsables de aquellas. A pesar de ello, la experiencia
acredita de manera indubitada, en relación al tema de la construcción, la perfecta
competencia de las entidades privadas, no solo en la ejecución, sino en el diseño de los
proyectos y su cumplimiento.
También queda sólidamente superada esta aptitud en otras parcelas de la
actividad inmobiliaria, entre las que se encuentra el arrendamiento.
Tradicionalmente, las AAPP han sido entes acumuladores de patrimonio de
múltiple y variado origen y naturaleza. No obstante, los inmuebles han ocupado un
papel protagonista debido, en parte a su potencial como fuente de obtención de
beneficios y la especulación que genera a su alrededor.
Al margen de estas consideraciones, el rol desempeñado ha sido con frecuencia
estático, pues su uso se ha limitado al institucional o administrativo, condicionado por
factores secundarios, como la localización, ajena a otras potenciales utilidades.
En fechas recientes, y consecuencia directa de la crisis, ha constituido un
instrumento relevante para la obtención de liquidez y su recurso a él ha sido constante
por parte de las administraciones, para otros fines en forma de complemento de los
presupuestos, por ejemplo.
Es factible colegir su invocación a ser un elemento básico en la financiación a
largo plazo de las entidades públicas, mediante su utilización como fuente recurrente
de ingresos.
Esta fórmula es la que despierta más consenso puesto que logra conciliar los
diferentes y contrapuestos intereses que convergen en este tema:
Mantiene la titularidad (propiedad) de los inmuebles.
Genera ingresos constantes.
Reduce gastos.
Parcialmente, se pueden utilizar como fuente de servicio social, sin
menoscabo de su carácter económico.
Los ingresos se destinan a la satisfacción del interés general.
Objetivo, a lo largo del desarrollo del trabajo es intentar poner de manifiesto
los diversos retos que, en cualquier proceso de cambio se interponen durante el
periodo de instauración, los cuales se definirán y concretarán en el análisis DAFO que
se efectúa de cada uno de los ámbitos estudiados, destacando los surgidos una vez
instalados en el Complejo Administrativo 9 de Octubre.
Se formularán posteriormente una serie de propuestas para tratar de obtener
unos resultados que combinen los criterios de eficiencia, eficacia y economía, basados
en la aplicación de fórmulas jurídicas societarias, específicamente diseñadas para la
tenencia de inmuebles destinada al arrendamiento, con la intención de lograr
determinados objetivos y rendimientos.
La idea tiene su fundamento en la posibilidad de obtener unos resultados que
permitan la obtención de ingresos de forma recurrente en los flujos y en el crecimiento
de los mismos, en concomitancia con otros mecanismos de financiación y utilización
del patrimonio inmobiliario, cumpliendo los requisitos exigidos legalmente y
obteniendo beneficios fiscales por su cumplimiento.
En otras palabras, este trabajo ha escogido un escenario –el parque
inmobiliario de la Administración autonómica de la Comunidad Valenciana- en la que
se efectuarán unas propuestas, con la finalidad de generar ingresos de manera
eficiente y eficaz, coordinados con los principios que inspiran la actuación de los
poderes públicos, cual es la satisfacción de las necesidades públicas.
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