Resumen:
|
[ES] Se denomina emprendimiento al acto de emprender o al conjunto de acciones y
operaciones que forman parte de un proyecto que se desarrolla con esfuerzo y que
encierra innovación, dificultad o peligro.
El uso más ...[+]
[ES] Se denomina emprendimiento al acto de emprender o al conjunto de acciones y
operaciones que forman parte de un proyecto que se desarrolla con esfuerzo y que
encierra innovación, dificultad o peligro.
El uso más habitual del concepto aparece en el ámbito de la economía y de los negocios.
En este caso, un emprendimiento es la iniciativa de un individuo que asume un riesgo
económico o que invierte recursos con el objetivo de aprovechar una oportunidad que
brinda el mercado.
El emprendimiento es algo innato al ser humano; y, desde sus orígenes ha estado
presente en la humanidad. Es la base del desarrollo y del progreso ya que las personas
han luchado permanentemente por superarse y por el encontrar las mejores formas de
hacer las cosas y de mejorar su calidad de vida. Como indica T. Martin (2013) “El
emprendimiento nace en la prehistoria, en pleno albor del periodo cuaternario, cuando
el Homo Sapiens buscaba protección de la hostil naturaleza que lo rodeaba, llena de
depredadores y otras amenazas que hacían a los humanos refugiarse en cavernas”.
Desde la salida de África de nuestros ancestros hasta llegar a habitar toda la tierra firme,
los grandes descubrimientos, desde Alejandro Magno a Marco Polo, Cristóbal Colon y
Magallanes- todos los descubrimientos científicos y técnicos, siempre han sido
acompañados por una iniciativa humana que podemos determinar emprendimiento.
A pesar de lo indicado, el término emprendimiento es de reciente creación; de hecho,
no aparece como tal en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, ni en
el Diccionario Etimológico de la lengua Castellana de Joan Corominas. Ambos se refieren
al adjetivo: emprendedor- que emprende acciones dificultosas o cualquier clase de
negocio con atrevimiento y resolución- o el verbo emprender- acometer y empezar una
obra un negocio o un empeño que encierran dificultad o peligro; o, al resultado,
empresa- acción ardua y difícil que valerosamente se comienza. Si aparece, por el
contrario en la Enciclopedia Universal Ilustrada de Espasa-Calpe en el que se define el
emprendimiento como: “acto de emprender”
Etimológicamente proceden del latín las palabras del castellano de las que deriva el
termino emprendimiento; de este modo, emprende viene de in-praehendere, y
empresa lo hace de in-prehensa. También deriva del latín el vocablo francés
interpreneur, el cual puede traducirse por pionero o emprendedor. Es precisamente a
este término francés al que en la casi totalidad de los textos consultados se le asigna el
origen de la palabra emprendimiento. Creo que esta apreciación es errónea-, ya que la
palabra francesa interpreneur esta tan cerca, o tan lejos de emprendimiento, como las
castellanas emprendedor, emprender o empresa. Obviamente todas ellas proceden del
mismo idioma original: el latín.
Pues bi en, a pesar de tener el emprendimiento un origen tan antiguo como el propio ser
humano y una denominación que hunde sus raíces en el latín, su expansión como
concepto económico y social es, como se ha indicado anteriormente, muy reciente. Concretamente, es desde comienzo de este siglo cuando el concepto de
emprendimiento ha tomado cuerpo y su uso se ha generalizado en los ámbitos
productivos, educativos y sociales. Según Wilson Araque (2015), “el emprendimiento es
una de las aplicaciones sobre la cual más se ha escrito y actuado a través de programas
y proyectos dirigidos a mejorar la capacidad emprendedora orientada a la producción
de nuevas actividades productivas con fines de lucro”.
Fue en el siglo XVIII cuando el autor francés Richard Cantillon implementó el termino
emprendimiento en la literatura económica, facilitando de esta manera que se
empezara a dar una mayor comprensión y conocimiento de los roles o funciones del
emprendedor. En el siglo siguiente, alrededor del año 1880 Alfred Marshall postula que
no son tres sino cuatro los factores de producción económicos agregando la
organización como ese elemento que facilita la coordinación de los factores ya
existentes (Tierra, trabajo y capital), pero detrás de este agregado se reconoce al
emprendedor como aquella persona que optimizara los recursos y se encargara de su
dirección, implementando un liderazgo oportuno.
Una vez comentada la historia del emprendimiento el siguiente paso es centrarnos en
el emprendimiento hoy en día y especialmente el emprendimiento en El Ecuador.
Para poder entender la cultura emprendedora en Ecuador y en el resto de Sudamérica,
debemos analizar el más prestigioso y extenso estudio sobre el estado del
emprendimiento a nivel mundial, el Global Entrepreneurship Monitor (GEM). Esta
investigación ha analizado a más de 100 países desde el año 1999 y tiene como objetivo
principal medir los niveles de emprendimiento de los países y probar la relación de estos
con el desarrollo económico local. Para poder interpretar el GEM lo primero que
necesitamos entender es que es la Actividad Emprendedora Temprana (TEA). La TEA
está compuesta por negocios nacientes (24,5%) y, por otro lado, por negocios nuevos
(9.9%). La actividad emprendedora naciente corresponde a individuos iniciando una
empresa con menos de tres meses de antigüedad mientras que los nuevos
emprendedores se definen como aquellos antiguos emprendedores nacientes que han
estado en el negocio durante más de tres meses, pero menos de tres años y medio (42
meses).
En el último GEM (2014) se observa una reducción de la actividad emprendedora
temprana con respecto al 2013, pasando la TEA del 36% a 32.6%. En América Latina,
Ecuador muestra nuevamente la TEA más alta, seguido por Perú (28.8%) y Chile (26.8%);
También posee la TEA más alta entre las economías basadas en eficiencia
La Actividad Emprendedora Temprana TEA para Ecuador ha sido históricamente alta y
para entender esto debemos analizar las características individuales que distinguen a
los emprendedores en cuanto a sus percepciones de oportunidades, sus capacidades,
su intención de emprender y temor al fracaso, así como información relativa a rangos
de edad, nivel de educación, sexo, ocupación, entre otras.
Aunque en Ecuador el número de emprendimientos entre hombres y mujeres es
comparable, Los emprendimiento de las mujeres son más por necesidad que el de los
hombres. La edad que más predomina entre la población emprendedora es entre los 24
y 35 años, ya que refleja un 29.7% del total, seguidos por las personas entre 35 y 44
años.
También se ha de analizar la correlación existente entre el nivel de estudios y el tipo de
emprendimiento. Viendo los datos del GEM se observa que un 39.4% solo completó la
primaria y un 25.2% termino sus estudios secundarios. El porcentaje de emprendedores
que terminaron la educación terciaria se mantiene muy similar a años anteriores (13.9
%).
En el año 2014, un 67.5% de los emprendedores se localizaron en el área urbana, 3
puntos porcentuales por debajo de lo observado el año anterior. Esta reducción se
atribuye principalmente a una disminución (del 7%) en la proporción de emprendedores
con negocios nacientes localizados en el área urbana, que en este año alcanzó un 70%.
No obstante, ésta supera a lo observado para emprendedores con negocios nuevos
(61.9%). En el ámbito global un 24.5% corresponde a emprendedores nacientes, y un
9.9% corresponde a negocios nuevos. Para estos últimos se observa una reducción
importante con respecto al 2013 cuando la proporción fue de 13.6%. La proporción de
negocios establecidos fue de 18% manteniéndose relativamente estable desde 2012.
Del total de personas que emprendieron un negocio naciente o nuevo, un 54.5% se
encontraba auto-empleada, mientras un 18.6% se encontraba también empleada por
terceros ya sea a tiempo completo o parcial, y un 17.5% estaba dedicado al hogar. Esto
contrasta con lo observado para los dueños de negocios establecidos donde un 92.9%
se declaró como auto-empleado.
Los valores de la sociedad que definen una cultura pro emprendimiento se capturan a
través de las percepciones de la población en relación a las siguientes dimensiones:
• Emprendimiento como una buena opción de carrera,
• Atribución de estatus a emprendedores que tienen éxito,
• Rol de los medios destacando emprendedores exitosos.
Para Ecuador un 66.4% de la población encuestada, considera al emprendimiento como
una buena opción de carrera, un 67% afirma que el éxito en los negocios confiere estatus
y respeto, y un 82.9% está de acuerdo en que el rol de los medios al destacar a los
emprendedores contribuye con la cultura que favorece el emprendimiento en el país.
Por ello, podemos concluir que la cultura emprendedora en Ecuador es muy fuerte pero
sus negocios no son estables y están faltos de tecnología. En el siguiente punto nos
centraremos en el emprendimiento en la provincia de Esmeraldas, compararemos
Esmeraldas con el resto de Ecuador y hablaremos de los actores que promueven el
emprendimiento en la provincia.
[-]
|