Resumen:
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"De tres formas mueren las ciudades: cuando las destruye un enemigo despiadado [...]; cuando un pueblo extranjero se asienta con la fuerza, sacando a los autóctonos y a sus dioses [...]; o cuando los habitantes sin darse ...[+]
"De tres formas mueren las ciudades: cuando las destruye un enemigo despiadado [...]; cuando un pueblo extranjero se asienta con la fuerza, sacando a los autóctonos y a sus dioses [...]; o cuando los habitantes sin darse cuenta se convierten en extranjeros para ellos mismos, perdiendo la memoria de sí mismos". Con estas palabras inicia S. Settis su libro "Si Venecia muere" en 2014, donde se pone en evidencia la fragilidad de una ciudad antigua y única por su relación con el ambiente. Venecia se vacía de habitantes y mientras, es el objetivo de innumerables proyectos que pretendiendo salvarla del aislamiento, matan la diversidad y hacen que cada vez se acerque a la monocultura de una modernidad estandarizada, casi reduciéndola a un producto, a una función turístico-hotelera. Venecia, la Laguna y las islas mayores y menores, constituyen un sistema integrado con una memoria colectiva, donde cada una de las partes tiene una relación de dependencia reciproca. Un sistema ambiental que exprime el delicado equilibrio entre el hombre y la naturaleza, un lugar donde todo lo que se ve es cultura e historia de los hombres. Sin embargo, en el último siglo, hemos asistido a la rotura de este equilibrio: despoblación, contaminación y presión turística son algunos de los motivos de esta crisis. Esto es interpretado como una ausencia de memoria, hecho que constata que Venecia se está olvidando de sí misma. La Laguna y sus islas menores han perdido su rol en el sistema lagunar y han sido progresivamente abandonadas. Ahora mismo, nos encontramos frente a un peligro real y es fundamental entender cómo intervenir en el patrimonio histórico-cultural para mantener viva la memoria que representa. Los viejos muros, las construcciones de tipo fortificado, muelles y puentes se asumen como referencia a la memoria colectiva de la laguna: un lugar para el conocimiento de una de las artes más antiguas del mundo, la observación de la laguna, espacios verdes públicos y nuevos espacios expositivos y divulgativos pensados para reconstituir el sentido de pertenencia de los ciudadanos al lugar y a toda la laguna. Se han buscado las trazas de la memoria de la isla, creando una estrecha relación con los muros o ruinas. No se hace referencia a los métodos de restauración o de conservación, al contrario, admite la posibilidad de una transformación. Las nuevas construcciones se apoyan y se relacionan con las preexistencias, creando un sendero donde pasado y presente se entrecruza. Al inicio y al final de este camino, las tres islas se conectan, como en Venecia, con unos puentes que nos conducen hacia un lugar para el reposo y la observación.
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