Hotel-SPA en Sot de Chera

Abstract

La zona oeste del municipio de Sot de Chera, un pueblo de casas blancas y cubiertas de teja de la comarca de los Serranos, es la encargada de albergar el proyecto de hotel-spa con capacidad de quince habitaciones dobles más dos suites. El enclave que posee la zona de actuación, rodeada por montañas que cierran el horizonte por los cuatro puntos cardinales dota al lugar de un interés natural de especial relevancia. Tres elementos naturales principales se identifican en el ámbito de actuación: la piedra, el agua y la vegetación. El material pétreo se manifiesta en ¿El Morrón¿, un hito geológico de piedra caliza laminada que corona el lugar y lo protege al Norte. El agua toma una especial relevancia con la presencia del río Sot, un afluente del río Turia, que bordea el pueblo de oeste a este y forma unas piscinas artificiales de gran atractivo turístico en la parte Sur del ámbito del proyecto. El elemento verde queda patente con la presencia del arbolado natural que puebla la colina sobre la que se desarrolla el proyecto. Asimismo, la intervención es una combinación de estos tres elementos. El proyecto se resuelve mediante una seriación de muros de hormigón visto coloreados de arena emergentes del terreno y que hacen referencia a la laminación de la piedra caliza que corona el lugar. El agua queda presente en las diferentes áreas del spa, situado a una cota próxima al río, comunicándose desde el interior hacia el exterior del edificio. Por último, la vegetación queda representada en la colmatación del terreno de la ladera debido a un planteamiento de huertas en sistema de bancales que se toma como referencia de la zona este del municipio. Programáticamente, existen cuatro áreas que subdividen el proyecto y que se posicionan según las preexistencias del lugar. El cuerpo central del edificio, que recoge los usos servidores tales como la recepción, la cafetería, el restaurante y una sala polivalente, se sitúa en un solar entre medianeras y se desarrolla en cuatro alturas descendentes desde la cota de calle. El área correspondiente a las habitaciones se desarrolla en la zona oeste con vistas a las montañas, dotándolas de una mayor privacidad. Por el contrario, en el ala este del proyecto se establece el spa, cercano al río y en proximidad al pueblo y con vistas a la torre medieval que hace de vigilante del lugar. El último de los cuerpos se corresponde con la creación de una plaza pública con una cafetería y el acceso al parking subterráneo que se desarrolla debajo de la misma, y que a la vez resuelve la problemática de un solar vacío entre medianeras. Como conclusión, se trata de una intervención que se adapta al lugar mimetizándose con él y resolviendo las necesidades funcionales que se plantean.