Hacia una ontología afectiva de las piedras. Reflexiones en torno a la obra de Denise Milan

Abstract

[EN] I analyze the work of Denise Milan, from the perspective of the ontological turn, as both a philosophical and aesthetic trend. I propose a critical reading, concerning special attention to the way of understanding and the spatial installation of the object of his artistic research; the stones. The artist, through her installations, builds a new relationship between nature and culture, which breaks the dichotomy between human beings and the utilitarianism of the non-living, typical of the capitalist world and responsible for the "disenchantment of the world” (Harvey, 1996). The artwork of Denise Milan builds a new landscape of encounter and exchange where she shows that not only human beings are possessors of knowledge, and that it exists in the world as something other than the human, as an embodied phenomenon that has tangible effects (Kohn, 2007, p.17). In this way, not only living beings, but now, also non-living ones; the stones, are constituted as semiotic devices. At this point, we approach to the beginning of a deeper ecological relationship, where we must consider how the stones are signified in a continuum with the existence, through that essential integrating principle that is spiritual (Kohn 2021, XVII), which ontologically implies the recognition of realities from a different perspective than the human (RuizSerna & Del Cairo, 2016). From the aesthetic intuition of Denise Milan, who finds identity traits in historical animism -as a strategic form of empathic interaction- we enter in a space of co-existence that constitutes a contribution to the urgent demands for a change in the anthropocentric paradigm regarding to nature, modifying the discourse towards what is considered non-living, which, now according with Povinelli, is observed from its relations of exchange, reciprocity and meaning with respect to what exists.

[ES] Analizo la obra de Denise Milan, desde la perspectiva del giro ontológico, como tendencia tanto filosófica como estética. Propongo una lectura crítica, poniendo especial atención al modo de comprensión y despliegue espacial del objeto de su investigación artística; las piedras. La artista a través de sus instalaciones, construye una nueva relación entre la naturaleza y la cultura, que rompe la dicotomía entre los seres humanos y el utilitarismo de lo no-vivo, propio del mundo capitalista y responsable del “desencantamiento del mundo” (Harvey, 1996). La obra de Milan construye un paisaje nuevo de encuentro e intercambio donde evidencia que no sólo los seres humanos son poseedores de conocimiento, y que éste existe en el mundo como algo distinto a lo humano, como un fenómeno corporizado que tiene efectos tangibles (Kohn, 2007, p.17). De este modo, ya no sólo los seres vivos, sino que ahora también los no-vivos; las piedras, se constituyen como dispositivos semióticos. En este punto, nos asomamos al principio de una relación ecológica más profunda, donde debemos considerar cómo las piedras se significan en un continuum con lo existente por medio de aquel principio esencial integrador que es espiritual (Kohn 2021, XVII), lo que implica ontológicamente el reconocimiento de realidades desde una perspectiva diferente a la humana (Ruiz-Serna&Del Cairo, 2016). A partir de la intuición estética de Denise Milan, que encuentra rasgos identitarios en el animismo histórico -como forma estratégica de la interacción empática- nos introducimos en un espacio de co-existencia que constituye un aporte a las urgentes demandas de cambio del paradigma antropocentrista hacia la naturaleza, estableciendo un giro del discurso hacia aquello considerado no-vivo, que ahora, de acuerdo con Povinelli, es observado desde sus relaciones de intercambio, reciprocidad y sentido con respecto a lo existente.