Estabilidad de taludes en movimientos de tierra

Abstract

Una obra de tierra se define como el conjunto de operaciones que, modificando el perfil natural del terreno, establecen superficies libres, quitando o poniendo tierras, hasta alcanzar la forma y el nivel convenientes al fin propuesto. Prácticamente toda obra de nueva construcción comporta la actuación sobre el terreno. El terreno natural es el primer material de construcción con el que se va a trabajar en una obra. Las características del terreno condicionarán el diseño y los cálculos de la cimentación y la estructura en el proyecto de ejecución, pero también, los procedimientos constructivos, la programación de los trabajos y, evidentemente, la incorporación de los equipos necesarios para llevar a cabo la obra de tierra. Una de las principales preocupaciones a la hora de proyectar cualquier tipo de movimiento de tierras es asegurar la estabilidad de sus taludes, ya que de ella depende la seguridad de los operarios que trabajarán en su entorno durante la ejecución de los elementos constructivos para los que se ha llevado a cabo ese movimiento de tierras. Por ejemplo, los operarios que se encuentren en el interior de una zanja ejecutando una instalación de saneamiento enterrada, o entre las paredes de un batache ejecutando la cimentación de un muro de contención en un sótano.