Resumen:
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[ES] En tiempos donde producir y propagar información está al alcance de cualquiera, su
calidad debería alzarse como un referente que nunca deberíamos soslayar.
La desinformación generada por un uso erróneo o tendencioso ...[+]
[ES] En tiempos donde producir y propagar información está al alcance de cualquiera, su
calidad debería alzarse como un referente que nunca deberíamos soslayar.
La desinformación generada por un uso erróneo o tendencioso de las fuentes de datos, tan desgraciadamente común hoy en día, es un veneno potente que puede alterar la
percepción de la realidad e inducir a tomar partido u optar por decisiones perjudiciales
o puntos de vista sesgados pero aparentemente justificables por ese pecado original.
Esto nos puede afectar a nivel personal o lo que sería peor, ser utilizado para que
terceros adoptasen decisiones condicionadas por el mal tratamiento –voluntario o no–,
de cualquier tipo de datos.
Este trabajo pretende ser una humilde contribución en aras de estas afirmaciones. La
veracidad –en gran parte fruto de la calidad de los datos subyacentes–, debería imponerse
siempre a cualquier interés general o particular por muy convencidos que estemos de la
necesidad de su adopción. No olvidar este precepto es lo que dota de fuerza moral y
verdadera calidad a cualquier tarea que afrontemos desde los conocimientos adquiridos
en el ámbito de la ciencia de datos.
La duda no es una presunción intelectual: debería ser el estímulo mismo que nos
motive en la búsqueda de la verdad. A su vez, no deberíamos perder de vista y asumir
nuestras limitaciones, y como afirma el viejo dicho, contemplar que la estadística no ha de
utilizarse como los borrachos utilizan las farolas: sino para iluminarse y no para apoyarse
en ellas.
Circunscritos a la índole de este estudio, pretendemos realizar una síntesis y una exploración somera de la normativa implicada, de algunas de las herramientas disponibles
y de algunas técnicas, –luego aclararemos con más precisión estos conceptos–, que nos
puedan ayudar a profundizar en la calidad del dato o al menos guiarnos para avanzar en
la dirección correcta.
A la vez, transmitir al lector la importancia de que valore adecuadamente sus propias
necesidades y que seleccione unos requerimientos de calidad acordes a las mismas basándose en criterios propios pero objetivos.
«Si tuviera más tiempo, hubiese escrito una carta más corta». Blaise Pascal
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