'Mis vecinas las palomas' reflexiones sobre el encuentro y la convivencia con aves urbanas a través de la práctica artística

Abstract

[ES] Desde los años 60 han sido incorporados multitud de animales no humanos a la práctica de diversos artistas: Beuys y la liebre muerta; Cattelan y los especímenes disecados; Serra y su concepto del animal como material de trabajo; Mendieta y una gallina sacrificada; son algunos ejemplos entre cientos. El paradigma del animal entendido como objeto que incorporar a la práctica, vivo o muerto, ha sido revisado en las últimas décadas. Desde el decálogo de buenas prácticas interespecie propuesto por Mark Dion hasta obras menos invasivas respecto a alteridades animales como la de Dawn Gaietto. Mis vecinas las palomas (2023) es el título que toma una obra en coautoría entre Andrés Richarte y Nuria Luque. La serie de acciones que componen la obra se inscribe dentro de las estrategias contemporáneas que tratan de revisar los modos de relación entre humanos y otros animales en las prácticas artísticas. A lo largo de cuatro sesiones, Richarte y Luque establecieron encuentros interespecie en el Parque de la Paloma (Benalmádena) a través de la improvisación musical y un pícnic de galletas y té. La videoperformance, haciendo uso de códigos musicales, literarios y pictóricos, se plantea preguntas sobre las posibilidades de (co)habitabilidad y supervivencia en una ciudad también habitada por otros.En él, los performers no saben tocar, la música no es un lenguaje universal y las palomas se pelean por un pico de comida. Sus limitaciones y contradicciones, lejos de ser irónicas o nihilistas, subrayan la condición de artificio y la limitación de su gesto. Es una propuesta de encuentro y una imagen en potencia de otras realidades posibles. Las múltiples reflexiones derivadas de esta obra supusieron para los artistas una fuente de información sin intermediaros. Se trató de ir al parque y conocer mejor, a través del arte, a sus vecinas las palomas.