Resumen:
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[ES] El crecimiento sin precedente de la población avanzada es uno de los cambios sociales y demográficos que se han dado en las últimas décadas. Estamos siendo testigos de un aumento considerable en el número de personas ...[+]
[ES] El crecimiento sin precedente de la población avanzada es uno de los cambios sociales y demográficos que se han dado en las últimas décadas. Estamos siendo testigos de un aumento considerable en el número de personas de edad avanzada que sobrepasan los 70 y 80 años. Este aumento ha traído consigo un incremento en las necesidades de salud, sociales y psicológicas.
Las consecuencias del crecimiento de esta población son múltiples, no sólo para la población anciana, sino para la sociedad en general. El envejecimiento de la población constituye un factor importante en los sistemas económicos, políticos, culturales y sociales.
El peso de la población anciana está aumentando a un ritmo acelerado debido al aumento en la expectativa de vida (por los adelantos en el cuidado y mantenimiento de la salud) unido al descenso de la natalidad.
Otro factor que ha hecho de la vejez un tema de importancia, es la creciente concienciación de este grupo de edad como un grupo definido e identificable. La población anciana se caracteriza como un grupo necesitado socialmente y al cual se debe responder para satisfacer sus necesidades básicas.
Las residencias para ancianos han sufrido altas y bajas en cuanto a prestigio o imagen social en la historia de los servicios sociales dirigidos a la atención y cuidado de personas mayores.
Hace no mucho tiempo que las residencias geriátricas todavía eran llamadas asilos, los cuales eran percibidos por la sociedad como algo indeseado, o incluso despectivo. Esto se debe a que las primeras residencias eran herederas de los antiguos asilos del siglo XIX, en las que cerca de tres millones y medio de ancianos españoles vivían allí.
De ellos, seis de cada diez eran viejos de más de 75 años que habían ingresado allí por indigencia, carentes de familia o alejados totalmente de ella.
Uno de cada ocho asilados estaba insuficiente y deficientemente alimentados, según los propios directores de los centros.
Seis de cada diez viejos vivían y dormían en salas de más de siete camas cada una, alineadas unas junto a otras, sin espacio entre ellas. Obligando a una vida sin intimidad y de forzosa exhibición permanente y total ante los demás.
Por ello, ingresar en uno de estos asilos marcaba con una etiqueta a las personas que no tenían un lugar en la comunidad. El miedo a esta marginación hacía que los ancianos prefirieran vivir de forma precaria antes que internar en uno de estos centros.
Hoy en día, este sentimiento ha evolucionado y las residencias se han convertido en lugares donde los ancianos tienen derecho a disfrutar del tiempo libre, aprender y vivir con los cuidados y la atención necesaria según la situación de cada uno.
La nueva residencia se sitúa en el centro de la nueva concepción de la vejez.
Se ha roto el modelo tradicional del asilo, y es posible disponer de una residencia que es como un hotel, donde todos pagan y son considerados por igual, gozando de la máxima libertad. En función de la justificación anterior, el objetivo de este trabajo es la creación de un Centro Residencial para la Tercera Edad y para ello, los objetivos particulares serán: realizar un estudio exhaustivo de mercado, detectar y plantear los requisitos, objetivos y servicios ofertados que deberá tener la nueva empresa para que sea competitiva, analizar los costes de la Residencia y plantear un eficiente Plan Comercial centrado en la realización de una campaña de comunicación que ayude a dar a conocer a la empresa y atraer a los clientes.
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