Resumen:
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[ES] El presente trabajo pretende establecer unas pautas para establecer unas pautas
necesarias para ejecutar la función de control del riesgo de las ventas a crédito.
Mediante su aplicación, los responsables de la ...[+]
[ES] El presente trabajo pretende establecer unas pautas para establecer unas pautas
necesarias para ejecutar la función de control del riesgo de las ventas a crédito.
Mediante su aplicación, los responsables de la gestión podrán, si no evitar la aparición
de impagados eliminando el riesgo desde su origen, sí minimizar el impacto de los
mismos en las finanzas de la empresa. La definición más genérica que existe de
empresa es Unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o
de prestación de servicios con fines lucrativos (RAE). Profundizando un poco más (De
Miguel, 1993, p.19-26) se considera un sistema técnico-social abierto, cuya función
básica es la de crear bienes y/o servicios que contribuyan a el nivel de vida de la
humanidad. Esta definición lleva intrínsecos los conceptos de eficacia y eficiencia.
Eficacia al conseguir el objetivo de la empresa, que en el sector privado normalmente es
maximizar beneficios. Eficiencia pensando en la gestión de los recursos necesarios para
alcanzar el objetivo marcado: tierra, capital y trabajo entendido como capacidad
empresarial.
Uno de los tres factores, el capital, tiene como objetivo satisfacer las necesidades
financieras para poder hacer frente a los gastos corrientes y las inversiones originados
de la actividad corriente de la empresa. Parte de ese capital puede obtenerse de fuentes
de financiación ajena: aportaciones de los socios, préstamos entidades financieras,
obligaciones, etc. Sin embargo, la fuente más importante, y que determina la salud de la
empresa, es la autofinanciación con cargo al resultado del ejercicio, es decir, los
beneficios. Los saldos de clientes, junto con las distintas partidas del activo corriente,
deben ser suficientes para hacer frente al pasivo corriente.
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