Resumen:
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[ES] En la década de los 80 no solo se creía que todas las empresas eran iguales y la tecnología era igual para todas ellas, sino que también se creía que los países con escasez de capital y exceso de mano de obra crecían ...[+]
[ES] En la década de los 80 no solo se creía que todas las empresas eran iguales y la tecnología era igual para todas ellas, sino que también se creía que los países con escasez de capital y exceso de mano de obra crecían más rápido. Las teorías han ido evolucionando a lo largo de los años y en la década de los 90 se dieron cuenta que la tecnología no era igual para todos, dependía de las empresas y el entorno. La empresa se empieza a ver como un conjunto de actores que interactúan y donde cada elemento depende del comportamiento de los demás. A partir del año 2000 ya se es consciente de que la tecnología y el conocimiento explican el crecimiento económico y se hace necesaria una aportación de fondos públicos en las primeras fases de los proyectos innovadores.
Gracias a los índices que estudia y publica la Comisión Europea en el informe RIS (Regional Innovation Scoreboard), se puede saber el nivel de innovación que tienen las regiones europeas. El RIS de 2009 propone dos métodos para este estudio, el primero se lleva a cabo a través del análisis de facilitadores (enablers), actividades de la empresa y salidas (outputs) y el segundo a través del Índice Regional de Innovación. Los estudios que clasifican a los países según sus niveles de innovación no son tan representativos porque es necesario saber esta información más detallada, ya que no todas las regiones de un país tienen el mismo nivel de innovación.
En el estudio del RIS del año 2012 se refleja como ninguna de las regiones españolas se sitúa en el máximo nivel de innovación (innovador líder), cinco de ellas son innovadores seguidores, seis de ellas son innovadores moderados y el resto innovadores modestos (el nivel mínimo de innovación en este estudio). Las regiones innovadoras líderes se encuentran en Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Finlandia, Irlanda, Países Bajos, Suecia, Suiza y Reino Unido.
Analizando la situación en España, se observa cómo el país ha ido reduciendo su gasto en I+D desde el año 2009, así como el número de empleados en actividades de I+D y las empresas que realizan actividades de I+D. Está demostrado que las regiones que más gasto dedican a este tipo de actividades, más empleados dedicados a ellas tienen y más gasto en educación universitaria hacen, entre otras características, son las regiones que mayor nivel de innovación presentan. En el caso español es evidente que se deben de tomar medidas para que esta situación cambie y sus regiones empiecen a mejorar. La OCDE recomienda a España que aproveche la innovación para lograr un crecimiento más sólido y sostenible, crear un mejor contexto para que se pueda llevar a cabo la innovación, fomentar la movilidad y fortalecer los recursos humanos y mejorar la gestión y evaluación de la política de innovación.
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