Prácticas holísticas en el arte contemporáneo. Una nueva forma de aproximar la creación contemporánea a un público no experto

Abstract

[EN] This article presents a didactic proposal that I designed applying the holistic principle to the field of the artistic education, that is to say, any work of art is related to an ALL, and in that ALL are contained the personal and intimate experiences of any spectator, so that the subject is able to learn about the work of art through herself/himself, that is, this is a project that seeks to generate significant learning in contemporary art. The holistic work system is based mainly on breaking down the wall that distances the person from the contemporary art (a wall that in the last years is being cemented in the distrust towards the figure of the artist and the invalidity of a discourse more and more conceptual) through a group dynamics in which each participant freely exposes a personal story or an idea related to the exhibition (to the subject, the formal elements of the works, the montage, etc.). When the viewer observes that the work speaks of her/his own experiences and understands (even in a tangential way) the content of the work, the attitude of rejection towards a concrete exhibition and, in general, towards contemporary art changes completely. In fact, the main objective of this practice is not to "make digestible" an exhibition, but to change the current tendency of repudiation towards contemporary creation.

[ES] Este artículo presenta un propuesta didáctica que he diseñado aplicando el principio holístico al ámbito de la educación artística, es decir, cualquier obra de arte está relacionada con un TODO, y en ese TODO están contenidas las experiencias personales e íntimas de cualquier espectador, por lo que el sujeto es capaz de aprender sobre la obra de arte a través de sí mismo. El sistema de trabajo holístico se basa, principalmente, en derribar el muro que distancia a la persona de la obra de arte contemporáneo (un muro que en los últimos años se viene cimentando en la desconfianza hacia la figura del artista y la invalidez de un discurso cada vez más conceptual) a través de una dinámica de grupo en la que cada participante expone de manera libre una historia personal o una idea relativa a la exposición (al tema, los elementos formales de las obras, el montaje, etc.). Cuando el espectador observa que la obra habla de sus propias vivencias y entiende (aunque sea de un modo tangencial) el contenido de la misma, la actitud de rechazo hacia una exposición concreta y, en general, hacia el arte contemporáneo cambia por completo. De hecho, el objetivo principal de esta práctica no es “hacer digerible” una exposición, sino cambiar la tendencia actual de repudio hacia la creación contemporánea.