Resumen:
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[EN] Animation has been employed as a productive and subtle means to represent Post-Traumatic Stress Disorder (PTSD) and historical trauma. The aim of this article is to study the narrative, visual, and psycho-affective ...[+]
[EN] Animation has been employed as a productive and subtle means to represent Post-Traumatic Stress Disorder (PTSD) and historical trauma. The aim of this article is to study the narrative, visual, and psycho-affective strategies of both phenomena through the films Flee (Jonas Poher Rasmussen, 2021), Waltz with Bashir (Ari Folman, 2008), and L'Image Manquante (Rithy Panh, 2013). The ability of animated images to reconstruct moments for which there is no visual testimony, as well as their capacity to evoke the experience of traumatic events, emerges as the center of a specific aesthetic approach to history, forming a type of cinema of the real (Zylberman, 2022). Contrary to the tradition of documentary and visual essay, there is a more frequent expressive use of evocative mechanisms, dreamlike images combined with archival material, and forms of re-enactment of real events that necessarily do not involve the use of actors. The evocation of painful experiences establishes a visual framework in which the viewer becomes the epicenter of the affective staging of trauma and PTSD, prioritizing poetic construction.
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[ES] La animación ha sido empleada como un medio productivo y sutil para representar el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y el trauma histórico. El objetivo de este artículo es el estudio de las estrategias narrativas, ...[+]
[ES] La animación ha sido empleada como un medio productivo y sutil para representar el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y el trauma histórico. El objetivo de este artículo es el estudio de las estrategias narrativas, visuales y psicoafectivas de ambos fenómenos a través de las películas Flee (Flugt, Jonas Poher Rasmussen, 2021), Waltz with Bashir (Vals Im Bashir, Ari Folman, 2008); y L'Image Manquante (Rithy Panh, 2013). La capacidad de la imagen animada para reconstruir instantes de los que no hay testimonio visual, así como su facultad de evocar la vivencia de hechos traumáticos aparece como el centro de un modo estético específico de aproximación a la historia que nace como un cine de lo real (Zylberman, 2022). Frente a la tradición del documental y el ensayo visual, comparece un uso expresivo más frecuente de mecanismos evocativos, imágenes oníricas combina[1]das con material de archivo y formas de reescenificación de hechos reales que, por fuerza, no comportan el uso de actores. La evocación de experiencias dolorosas establece un marco visual en el que el espectador aparece como epicentro de los modos de puesta en escena afectiva del trauma y del TEPT, priorizando la construcción poética.
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